Para ser del otrora gran Henry Hathaway, una ramplona película, con la que se puede pasar el rato, no en vano no es aburridísima, pero sí algo plúmbea en cuanto a situaciones dramáticas se refiere. Además, está llena de los consabidos tópicos en el mundo del deporte, y a pesar de que el elenco interpretativo está francamente bien, ninguno de ello/as logra resaltar en pantalla.
A todo ello, he de añadir que me gustó, quizás, bastante menos de lo que pensaba, ya que, la cadena televisiva donde la vi, no respetó, de nuevo, el formato del Cinemascope, más que justo al final de la peli, cuando se veía el "The End". En fin, vergonzoso.
Solo resulta curiosa por ver a intérpretes de postín, que nos resultan simpatiquísimos, dado el cariño que les tenemos a todo/as, y por hechos como lo anticuado que queda todo lo reflejado en el aspecto deportivo de las carreras de coches, por ejemplo los entrañables monoplazas, el que se tardara 30 segundos en cambiar las ruedas y demás del coche en plena carrera.
En resumidas cuentas, bastante mediocre y perfectamente olvidable.

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