Entretenida pero menor película italiana de genuino género negro, un thriller con la mafia, diversificada en diferentes clanes, y un par de hombres, amigos entre sí, con ganas de divertirse, liderar aventuras y llegar a la verdad, cueste lo que cueste y a quien cueste.
La historia tiene posibilidades, no cabe duda, pero al fin y al cabo es una producción europea, lo que no debe ser nada malo de por sí, pero que en este caso cae en los defectos de tantas pelis de parecido pelo que abordan estas historias.
Aquí ha habido, y se nota, más presupuesto, y se observa en la buena fotografía de Aiace Parolin, la adecuada banda sonora de Luis Bacalov y sobre todo en el magnífico trabajo de los especialistas, sobre todo en las dos estupendas escenas de la probatura del coche que "desea" comprar Stacy Keach a los malosos, o la larga persecución en el último tercio del film.
El film no aburre y se pasa el rato, no cabe duda. Sus dos protagonistas tienen indudable feeling, pero el guión, nada menos (y por eso mismo) a cargo de doce manos (entre ellos Randal Kleiser...), adaptando el argumento de tres personas, no tiene mucha solidez, tardando un poco en entrar en materia, aunque luego la cinta es fácil de ver... y sencilla también de olvidar.
Pero bueno, cumple su función de resultar amena, y además se ven unas bonitas chicas y cierta sofisticación en los planos generales de San Francisco y algunos bonitos pueblos de Italia.

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