Producto del cine español tras la apertura, que tiene algunas escena "calientes", las que tienen que ver con la dichosa llama, pero que se centra más que en aspecto erótico en el de intriga criminal.
La peli, guionizada por el entonces en boga Santiago Moncada, y realizada por Rafael Romero Marchent, más cómodo sin duda en el spaguetti western, se ve sin problemas.
No aburre, eso es cierto y tiene algunas buenas cosas, como los bellos paisajes de Viella, Lérida, con esas montañas tan bonitas nevadas, pero el resto es escaso.
La intriga, debido a la evidencia "carnal", física digamos, de los personajes, no llega a tal y todo es previsible y lo que es peor, evidente. Ni tan siquiera no mostrando algún intérpretes en los créditos iniciales la sorpresa llega a tal.
Pero es cierto que se puede ver, incluso algo más de treinta años después de su rodaje.
Pero es mediocre.

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