Como casi siempre que ocurre con los spaguettis, resulta mediocre claramente, pero apañado. No es de los peores ni de los mejores, pero es eficaz en cuanto que no aburre aunque va de más a menos.
Y es que su primera mitad no está nada mal. Todo va por un camino ameno, la historia es plausible y la realización amena.
Sin embargo, tras la pelea en el salón, que está bien, todo va poquito a poquito a menos, con los tópicos de rigor y situaciones ya muy vistas en otras cintas.
Con todo, se mantiene honesta y los aspectos técnicos son buenos, como la exquisita fotografía a toda pantalla, en Eastmancolor, como era habitual, a cargo de Julio Ortas.
Aunque es una co-producción entre España e Italia, en esta ocasión sí se puede decir que España es quien mayoritariamente pone la producción e Italia la co.
No es una buena cinta, pero se puede ver y no molesta en absoluto aunque se olvida fácilmente.
El que no se olvida es el bueno, el estupendo, el incombustible Jesús Guzmán, hoy en día felizmente todavía en activo ("Los del túnel"), aquí en un papel chistoso, sin apenas hablar, puro humor. Don Jesús, ¡enhorabuena y gracias por hacernos felices cada vez que lo vemos tanto en cine como en televisión!

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