Estimable film australiano, que trata al espectador como adulto, ofreciéndole un producto más que digno, con un buen guión, quizás un poquito pasado de rosca, pero muy bien dirigido e interpretado, y con exquisitos efectos de sonido, amén de un montaje totalmente apropiado, dotando a la cinta de un ritmo rápido, constante, y gracias al cual en todo momento los árboles dejan ver el bosque.
Corta en cuanto a metraje, llena del todo pues en todo momento suceden cosas interesantes, teniendo interés desde el feliz prólogo al extenuante último tercio, que deja sin aliento al respetable y ofreciéndolo lo que en todo film slasher toca esperar.
La verdad es que deja buen sabor de boca e incluso invita (un poco al menos) a la reflexión, por la crítica o al menos exposición del hecho del poder de los medios nuevos audiovisuales, con los que se puede ganar mucho dinero a costa del sufrimiento del prójimo.

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