Honesto film de género fantástico, que sigue la estela de la inolvidable "Scanners", que tanto recordamos.
Joe Begos realiza la película con indudable cariño y nos retrotrae de alguna manera a esa etapa nostálgica que tanto nos hizo gozar en épocas felices que, me temo, no regresarán, al menos con aquella intensidad e ilusión con las que veíamos films de parecido pelo.
La cuestión es si en nuestra opinión convence o no, si lo hace con calidad o no, si entretiene o no.
Y, francamente, a pesar de que es honesta por no dar gato con liebre al espectador, ofreciéndole lo que promete y no más, pues a pesar de ello lo hace de forma algo torpe, reiterativa y, lo que es peor, algo tediosamente.
Y es que, a pesar de que la película no llega a la hora y media, el último tercio se hace interminable, demasiado ruido y muy pocas nueces, no abundando la imaginación precisamente, y con unas interpretaciones y efectos especiales bastante vulgares. Resulta, en algunas tomas, incluso cutre.
La verdad es que se hace muy larga y la cabeza, al igual que le ocurre a algún personaje, parece que nos va a estallar de un momento a otro.
En definitiva, que te la tragas y ya está. No te engaña, pero tampoco gusta demasiado y no convence en absoluto.
Su presencia en el FANT 2016, dentro de la Sección Especial, sí que es algo fantástico.

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