Estimable cinta italiana realizada por Robert Z. Leonard, realizador del viejo Hollywood dorado, que narra parte de la vida de Lina Cavalieri, cantante de enormes facultades para el canto amén de poseedora de una arrebatadora belleza.
La película se sigue muy bien gracias a un medido guión a cargo quizás de demasiadas manos (nada menos que ocho personas, entre ellas el más tarde realizador Luciano Martin). Además, la dirección artística es encomiable, con decoración, vestuario y peluquería excelentes, amén de la bella fotografía a cargo del más tarde famoso y buen realizador Mario Bava.
La primera parte es eficaz, con mucho ritmo y con gran corazón al narrar cómo se conocen los dos protagonistas.
La parte central es la más luminosa y disfrutable, toda vez que el humor hace acto de presencia gracias al personaje de "Manolita", encarnada de forma magistral por Tamara Lees, con una larga escena muy bien filmada, que hace reír de veras: el duelo con sable entre la protagonista y la tal Manolita.
En cuanto al último tercio hay que decir que para mi gusto es la menos acertada, aunque en el plano formal resulta exquisita por su impecable elegancia formal, pero cae en el folletín, en este caso no barato, pero sí excesivamente melodramático amén de no demasiado verosímil, que se salda con un final muy rápido y poco creíble.
Pero, bueno, en líneas generales es una cinta agradable de ver y francamente entretenida.
Y, claro, por supuesto que Gina Lollobrigida, que canta sus canciones realmente, está bellísima, amén de buena actriz. ¡Qué pena su situación actual real con esa banda de buitres tratando de arrebatarle en vida su dinero y bienes!

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