Pues tampoco está tan mal. Una película que no es que haya que buscarla pero si te la encuentras, no será una pena. Típico thriller-comedia del fantasma que se te pega como una lapa para darte la murga sobre su muerte, injusta de todo punto e ignorada por la policía.

En ese año triunfó Ghost pero este caso es diferente porque el de Ghost era más bien un espíritu, y aquí el fantasma (Denzel) lo puede ver una persona, un poli mal encarado (Bob Hoskins), sólo él, además se pueden tocar. Todo un caso. Se ve venir que terminarán encariñados. En el 92, por citar una cercana, está Mi querido fantasma, de argumento similar a éste, un fantasma que quiere que una detective investigue su muerte, como aquí. Las situaciones del poli crean el típico alucine de verlo hablar solo allá donde vaya cuando en realidad va hablando con el fantasma. Una comedia sin más, de buen rollo.

La pareja, Denzel y Bob Hoskins, cuaja perfectamente y Denzel está claro que ya despuntaba como estrella indiscutible. Un lujo verlo. Bob estaba en la cresta de su ola.

La película tiene una mitad algo lenta pero mejora a ratos y ya del todo, al final. Ray Baker, que hace de compañero y amigo del policía Munny (Bob), tiene una frase muy buena: Los policías son como los jugadores de beisbol, para ganar puntos hay que arriesgar las pelotas. No arriesgas nada por verla.