Wanda Nevada es el relato de una muchacha sin nadie a su lado tratando de colocarse en el mundo. Un hombre que se cruza en su destino servirá para empezar su camino. La pareja sale en busca de oro siguiendo una pista que les lleva hasta el río Colorado, el desierto y los cañones que lo atraviesan. Los inconvenientes van surgiendo.
La pareja que hacen Peter Fonda y Brooke Shields buscando la simpatía del espectador.
Ella aparenta una muchacha de 13 años y cuando rodó la película debía tener 14 ó 15, y hay que decir que apuntaba maneras; su belleza y su desparpajo es lo mejor del film.
Peter Fonda fue un actor premiado que logró su techo en Easy Rider, su participación más conocida, pero tampoco logró más alturas desde entonces; se quedó algo lejos de la popularidad que alcanzó su padre o su hermana Jane.
Wanda Nevada no ofrece grandes atractivos. Las tomas de los paisajes son bonitas sin más, la historia es tan sencillita como un cuento, y los personajes tampoco tienen mucha consistencia. Lo único brillante es una calavera monda y lironda, y la caminata que se pegan por el Gran Cañón es tan falsa como sacar una barca de debajo de la broza a las orillas del río y cuanto más la necesitan. No hay ni explicaciones y creo que realmente el que vea la película tampoco se molestará en pedirlas.
La criatura es así.
Ahora bien, entendemos que la película es un relato fantástico y que el paraje está embrujado, que igual que ofrece peligros, ofrece alternativas.
No termina de convencer pero tiene un extraño encanto.