¡Qué tontos somos! Aquí siempre con los mismos problemas: la falta de trabajo, que si la Ley Sinde, los niños desaparecidos, los japoneses que se comen a las ballenas… Mira que hay que ser cabezón.

Si todo era muy sencillo… Había que haber nacido norteamericano, joder. Y más concretamente: nacer en una “Comedia romántica norteamericana”. Y es así; ahí está el secreto. Da igual que tengas 60 años porque las viejas se enrollan con los jóvenes y las jóvenas con los viejos… y te lo pasas igual de bien. Allí todo es de puta madre.

Venga risas, paseos por la playa. Bueno…, si te da un infarto, el médico de la Seguridad Social se puede hasta enamorar de ti. Por lo menos, después de atenderte te acompañará a casa. Y seguramente se parecerá a Keanu Reeves, fijo; no como el interino de Urgencias de aquí del barrio que se más feo que el Gran Wyoming.

Puedes ser un excéptico y decir: ¡Todo esta gilipollez que rodea a Diane es una puta mierda!, de acuerdo…
Pero yo me rindo definitivamente. Yo veo esta película y me lo creo. Tengo fe. Quiero acabar escuchando a Paul Simon, Kodachrome que me gusta más que la del final, en la cocina, de noche, comiendo tortitas con nata a la luz de las velas, viendo llover por la ventana, y sí: enamorado. Si no lo consigo, como vuelva a ver esta película cogeré la tele y la dejaré en mitad de la autovía de Madrid-Toledo a ver si se la lleva un camión por delante.
¡¡¡Pero si es que te gusta la mierda de la película, admítelo!!!