Una del señor Steven que tal vez sea de las más extrañas, y no está mal. No está mal para lo que son las películas de Steven, claro…

Se ve que el director que debe ser chino, o vietnamita o coreano, no sé, ni quiero saber, quiso dar un aire oriental a la película, que además es mucho del gusto de Steven que se desvive por toda esa parafernalia y le mola mucho aparecer como poli muy centrado, muy trascendental, así que las escenas nos remiten en muchas ocasiones a la estética de la bola del Dragón.

De hecho cuando Steven combate con sable contra su contrincante, ambos adquieren poses de dibujos manga. Después de un ataque cruzado, Steven se queda inmóvil, de espaldas a su enemigo, en la clásica posición de la Mantis Saltarina, y así se tira un buen rato, con el rostro concentrado a tope; igual que una imagen de Goku.

Luego hay que ver el escenario, muy logrado en el aspecto atemporal. Se trata de un patio de varias plantas de estilo renacentista -con corredores de columnas y arcos de medio punto- que dan una extraordinaria dimensión planetaria al combate, de forma que parecen que luchan suspendidos en el espacio. Como se ve, todo muy al estilo de los manga.

También están muy trabajados el papel de las inocentes niñas, así que Steven fácilmente se gana al respetable como cariñoso protector de la infancia, un tipo maravilloso, y no digamos cuando aparece la rubia, la policía polaca que le da cuartelillo.

Absolutamente genial cuando ella recibe un balazo en el hombro y Steven la opera sobre la marcha. Sin moverse del sitio. En vez de anestesia le proporciona un par de buenos tragos de Vodka y arreglado. Cualquiera en ese trance hubiera llamado a una ambulancia, que es lo más lógico, pero Steven pasa de postoperatorios y demás leches, ¿para qué medios días habiendo días enteros? Una vez que ha realizado la operación con éxito la da un besito y a descansar.

Luego, Steven paseando entre los árboles en un jardín zen, meditando… La niña cuenta que le gusta estar solo, que es muy callado… Escenas de un tierno increíble. Hay que verlas. Nos remiten a Totoro incuestionablemente.

Bueno, pues el dictamen médico es que la película se puede ver sin contraindicaciones, pero consultar aquellos que sufran de alucinaciones porque Steven, como sabemos, es para alucinar.