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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
8
Intriga. Drama Rudy Baylor (Matt Damon), un joven recién licenciado en derecho, y un veterano empleado de despacho de abogados (Danny DeVito) se alían para enfrentarse a un prestigioso bufete que trabaja al servicio de una poderosa compañía médica de seguros. El caso del que se ocupan, el de un joven moribundo, irá adquiriendo dimensiones cada vez más inquietantes. (FILMAFFINITY)
31 de enero de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto de ponerse a ver una película de juicios es una auténtica lotería. Personalmente no me gustan mucho porque no creo en la Justicia (creería más en la Justicia peliculera que en la real), y desde luego creo mucho menos en la de aquí, que es de risa, así que lo importante en este género de juicios es que la película sepa ofrecer actores fiables, que el asunto tenga su intríngulis y que te entretenga con argucias originales…, esas cosas. Legítima defensa de John Grisham es buena, puede uno ponerse a verla con atención, es fácil de seguir y el caso enjuiciado anima en lo concerniente a que el espectador desde el minuto uno verá una película de buenos y malos. A mí me ha enganchado al principio más que nada por Jon Voight. Su aparición en escena es grandiosa. Se adivina por ese detalle que quien está al mando de la acción es un auténtico profesional. Jon Voight surge de golpe en una secuencia de libro y, como ladino abogado, salta enseguida a avalar a su rival, un inexperto e imberbe Matt Damon. En realidad es que se lo va a comer y lo quiere tiernecito. Aquí lo que veo es como que el veterano Jon Voight se presta a avalar la carrera cinematográfica del novato Matt Damon. Como si le diera la alternativa torera. Podría ser.

Luego están las actuaciones de DeVito y de Danny Glover; muy atractivas para el devenir de la trama. DeVito está sensacional y Danny Glover como juez plenipotenciario de la justicia absoluta se come las secuencias como si fueran tapitas de bar.

Lo que pasa es que el caso recurrido es una simpleza, con poca controversia, el dictamen sería un trámite muy rápido, un juez no tendría más que escuchar a uno y a otro, y ¡zas! sentencia al instante y que recurra quien quiera al Tribunal Superior de Justicia. Por tanto te añaden sucedáneos como es el joven moribundo víctima de los intereses de la compañía, y un tema ajeno al terreno de juego de violencia machista que, desde mi punto de vista, se pasa de rosca, pero bueno. Lo otro es lo referente a los juicios anglosajones. Esta gente tiene la costumbre de delegar la sentencia en un jurado popular, lo cual es una chorrada como una casa porque un juez debe tener suficiente legislación y apoyos argumentales para dictaminar sin más leches y no cargar la responsabilidad a ciudadanos anónimos que están a lo suyo, que seguro que se cagan mil veces al día en la puta madre de éste y de aquel y de lo mal que está todo y en conclusión, viven cabreados con el mundo, así que cuando les hagan subir al estrado simularán que son personas sesudas, comedidas y juiciosas y encima se lo creerán ellos mismos. El juez puede que sea más gilipollas que alguno del jurado, pero al menos está instruido en la materia.

El caso es que siguiendo con la trama de la película, notas que el asunto está explicado muy bien y lo sigues con interés.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
floïd blue
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