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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
10
Comedia El señor Hulot (Jacques Tati) no tiene trabajo, ocupándose de llevar a su sobrino Gérard (Alain Becourt) a la escuela y traerlo después a la ultramoderna casa de su hermana (Adrienne Servantie), casada con el señor Arpel (Jean-Pierre Zola), quien intenta ocupar a su cuñado en la empresa de fabricación de tubos de plástico en la que trabaja. (FILMAFFINITY)
19 de diciembre de 2012
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi tío es una completa sátira de la vida actual. Según avancen los tiempos, la sátira será mayor. Es una forma diferente de ver la vida, sin criterios sociales, algo como ajeno a los comportamientos impuestos.

El padre de Gerard es el director de una importante fábrica. Vive con su esposa e hijo en una casa de lujo. Es una casa funcional, con todos los avances tecnológicos punteros. Incluso por la noche la casa tiene ojos para vigilar; hoy día se ha llegado a eso con las casas inteligentes y las medidas de seguridad que vigilan el entorno. Eso sí, es una casa aislada de los vecinos, y para alguien sencillo como el señor Hulot, es una casa bastante antipática. Nótese como Tati utiliza el molesto ruido para que el espectador sufra con tanto chisme moderno.

El niño está en la edad de la incipiente rebeldía, le gusta la picaresca de sus amigos, el mundo divertido de bromas a los mayores, quiere saber y experimentar, el niño aún no está obligado a las directrices sociales y a la responsabilidad que esgrimen sus padres, es un niño y se le consiente; la relación buena la tiene con el tío, Hulot, porque es una persona que pasa de los condicionamientos sociales, así que Gerard, el niño, quiere mucho a su tío porque es diferente a sus padres; es un niño grande.

Su tío, el señor Hulot, vive en un barrio con gente que se comunica continuamente, personas que se acercan a ti una y otra vez. Su casa está en el último piso de un edificio antiguo. Llega a ella por medio de una laberíntica escalera por la que se va encontrando a los vecinos. Guarda la llave en la misma entrada; riega las plantas todos los días y se preocupa que el sol le dé al pajarito para que cante contento. Sus preocupaciones no son laborales ni de cara al exterior, son las auténticas de una vida sin formulismos, de cariño, podríamos decir, por las cosas sencillas.

Por tanto, Mi tío es una sátira de la vida moderna, funcional y llena de mecanismos automatizados. Hulot contrasta con los comportamientos sociales, en la fábrica por ejemplo, de una forma sincera, no es que Tati fuera un rebelde contrario a las modas y los avances tecnológicos; cualquiera puede figurarse que la llave de esos planteamientos está en cada uno; más bien sentía pena por el olvido de las cosas sencillas, la importancia del contacto humano desinteresado y de perder el tiempo sin prisas. Si se logra llegar al humor de la película, ésta adquiere sus dimensiones completas.

Personalmente esta película se me hace entrañable de verdad. La veo cuantas veces haga falta, no me cansa su musiquita melancólica, la misma que 4 años después usó Antonio Mercero para su Trotín Troteras. Me encantan los niños traviesos, sus bromas, los perros vagabundos, los solares abandonados… Y siempre me emociono con el final...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
floïd blue
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