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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
10
Drama. Romance Robert Lomax, un maduro pintor norteamericano que se encuentra en Hong Kong, conoce a una joven prostituta china. Lo que parecía un encuentro ocasional se va convirtiendo poco a poco en una historia de amor. (FILMAFFINITY)
5 de marzo de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué ganas tenía de ver esta película. Recuerdo que vi hace tiempo los primeros minutos pero tuve que dejarla y me quedé con las ganas; por fin la he visto y como supuse, es un placer disfrutar de ella. A Holden es que lo tengo entre mis preferidos de siempre, fue el viejo Pike y ya con eso como estrella me cautivó; es de esos que con la edad fue superándose. Aquí está para estrecharle la mano por su caballerosidad y su empatía con la gente de bien. Su personaje es el de un artista en vías de desarrollo con pocas perspectivas, buscando temas exóticos. Entonces conoce a una mujer asiática y ahí está el interés y el gran acierto de esta película, pero ojo, teniendo en cuenta que aunque se hable mucho de encuentros de culturas, no va de eso, va de los sueños por cumplir de personas humildes, sueños dorados que parecen de otro mundo.

Holden, el duro Holden, quiere ser artista y la mujer es una soñadora. Ese es el verdadero encuentro, el de dos soñadores. Creo que los sueños por cumplir cuando vienen de una niña son inmensamente más nostálgicos que los de un niño. Las niñas que sueñan con ser princesas son las más vulnerables y eso es algo que, ya de por sí, cala en el espectador porque lo capta a la primera. La ternura de la mujer y sus deseos que siguen prevaleciendo a pesar de lo duro, siniestro y cruel de la vida, no decaerán nunca; siempre será una niña. Por eso se siente uno tan sensible. Ese anhelo es lo que enamora al pintor. La rubia inglesa era la buena opción, el premio, pero los soñadores... son auténticos y su alma va siempre con los perdedores.

Tiene un cuento Emilia Pardo Bazán que habla de una niña soñadora huérfana de madre, sumida en la más absoluta pobreza, que un día muy contenta encuentra unas medias y se las pone. La realidad de la vida es que el padre al vérselas puestas le suelta una paliza que la parte un diente y la deja tuerta; así se acabó la tontería. A partir de ahí, solo quieres ver a la chinita salir adelante con todas sus ilusiones y nada más que eso, pero además con William Holden dando puerta a los demás y en ese marco tan bien retratado de Hong Kong, tan vivo en todas sus secuencias.
floïd blue
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