El príncipe quiere ser califa, el califa quiere ser califa en lugar de califa y el visir quiere ser príncipe. Omar, el halcón del desierto, lucha contra la dictadura del príncipe Murad. Una noche, Omar se hace pasar por Murad y se casa con la hija del califa, Schaharazade. Omar roba su tesoro.

Murad y la propia Schaharazade lógicamente agarran un mosqueo inmeso. Murad organiza de paso una muy gorda para hacerse con el poder (que Alá no lo permita). Pero Omar no pretendía reírse de Schaharazade, es que roba a los ricos para financiar su lucha y apoyar a los pobres (el cuento de siempre). Omar, el halcón del desierto, no lucha solo, tiene una banda de gente a su lado entre ellos Simbad y Aladino, que no son los famosos Simbad y Aladino.

Modesta pero digna producción de aventuras románticas en el desierto de los maravillosos tiempos de las Mil y una noche, más o menos. En realidad es una película facilona que tiene sus alicientes como disfrutar de las luchas con alfanjes, de las lujosas tiendas de los jeques, ver a Rock Hudson y sobre todo a Yvonne de Carlo, deslumbrante, mostrando cómo se lleva el velo y como molaba el pret a porter de entonces.