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Voto de floïd blue:
6
5,8
231
Western
Un vigilante de diligencia, acusado de conspiración, es perseguido por los vecinos de una pequeña ciudad del Oeste. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2015
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Larry Delong, el vigilante armado de la diligencia, es atado y abandonado en el monte. Cualquiera sabe que Delong (siendo Randolph Scott), no tardará mucho en liberarse de sus ligaduras y más cuando esto le ha pasado al principio de la película.
A pesar de la inmovilidad del escenario, la acción no cesa. Los personajes del pueblo poseen peculiares rasgos que te hacen mantener la atención sobre lo que pasará. Se han creído que Delong es de la banda de atracadores.
El niño, un cabrón con la honda.
Hay un enano psicótico de tendencias sádicas con la soga en la mano todo el rato, que causa estupor, esperando con un ansia tremenda para colgar a Delong; no dice nada en toda la película, ni falta que hace.
El sheriff tiene malas digestiones, lógico: no hace más que comer.
El dueño de la cantina es un mal bicho con familia numerosa. Tiene fijación por el espejo de la pared hasta el punto de la comicidad. Dicho espejo dará un buen plano.
Hay mujeres arpías, caciques y además está Charles Bronson sembrando cizaña.
Los malos han robado la diligencia y quieren limpiar también el banco. Mientras, el pueblo rodeando a Delong que no puede salir de la cantina. Creo que al vigilante de la diligencia se lo han puesto muy difícil; por eso, junto la dirección ágil que consigue André de Toth, muy atenta a los detalles de tantos personajes, convierte el film en un rato entretenido.
A pesar de la inmovilidad del escenario, la acción no cesa. Los personajes del pueblo poseen peculiares rasgos que te hacen mantener la atención sobre lo que pasará. Se han creído que Delong es de la banda de atracadores.
El niño, un cabrón con la honda.
Hay un enano psicótico de tendencias sádicas con la soga en la mano todo el rato, que causa estupor, esperando con un ansia tremenda para colgar a Delong; no dice nada en toda la película, ni falta que hace.
El sheriff tiene malas digestiones, lógico: no hace más que comer.
El dueño de la cantina es un mal bicho con familia numerosa. Tiene fijación por el espejo de la pared hasta el punto de la comicidad. Dicho espejo dará un buen plano.
Hay mujeres arpías, caciques y además está Charles Bronson sembrando cizaña.
Los malos han robado la diligencia y quieren limpiar también el banco. Mientras, el pueblo rodeando a Delong que no puede salir de la cantina. Creo que al vigilante de la diligencia se lo han puesto muy difícil; por eso, junto la dirección ágil que consigue André de Toth, muy atenta a los detalles de tantos personajes, convierte el film en un rato entretenido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Delong se venga del hombre que mató a su familia con la pistolita de la suerte del malo, que se pasa de listo. Casi no le da tiempo a decirlo pero esa era la razón de la buscada venganza de Delong. Cuando lo consigue, sonríe. Pasa de villano a héroe y llega el final esperado… El esperado y deseado por Delong, por eso está tan contento… Pero también el esperado y deseado por el espectador, claro que sí. Así que todos contentos.