Con los celos y las envidias estos hermanos Coen nos presentan la historia de un hombre atormentado que planea el secuestro de su mujer para vengarse del suegro.
La frustración de este menda nos es tan comprensible que ese condicionamiento nos mete en la película de lleno.
Se nos presentan personajes con una base tan definida y tan asentada como la nieve en esas imágenes de horizontes infinitos. Un nuevo estilo narrativo con una base del humor negro más potente que puedas encontrar.
El encargo del marido (William H Macy) a esos dos tipos representados por Buscemi y Stormare, sus acuerdos, sus conversaciones rozando el lírico deficientemental que asoma de sus jetas, definen el acierto absoluto de los Coen en la dirección de la película.
Dicha pareja de criminales son la base argumental del resto de personas que viven en la historia, con una poli embarazada y su marido, otro parsimonioso mental, tan lento de mente como andar en nieve hasta las rodillas.
Buscemi, que no para de cascar; y Stormare, el que hubiera sido un buen dependiente en cualquier carnicería, serio y profesional, llegan al paroxismo del ser humano en su combinación: imbécil - criminal.
Frustraciones en una película tan bien llevada que es indispensable.