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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
6
Romance. Drama Lydia, una bella mujer madura, se reencuentra con los hombres que amó en su juventud y recuerda las pasiones del pasado con la perspectiva que da el tiempo y la edad. (FILMAFFINITY)
8 de mayo de 2020
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película, realizada en 1941, guarda un extraño parecido con la coetánea "Ciudadano Kane", y con la posterior de 1943, "El diablo dijo No". Es un film que posee la imagen y el tono muy parecido a quien relató el informe Charles Foster Kane, en Ciudadano Kane. Constituye el repaso simplificado en el otoño de sus vidas de la misma Lydia y de los hombres que la amaron. Se reúnen al relente de la noche en la terraza de piedra de un caserón imponente de Boston, ciudad que mantiene (al parecer, yo no he estado nunca allí ni pienso estar) un ambiente inglés de rancio abolengo, o al menos, en aquellos tiempos en los que se dice sucede la acción. Esto lo sé por mi dilatada afición de lector.

El relato es llevado en un tono muy nostálgico y además quejumbroso (han llegado a disculparse por haberla amado), e intenta alcanzar la lágrima tierna con una decisión filantrópica admirable cuando ella se hace cargo de los niños ciegos desamparados.

Se usan los analipsis obligados con algún hecho que el que relata no podía saber a ciencia cierta, retrotrayéndose el ambiente a los tiempos de los coches de caballos y demás historias. Con Joseph Cotten se menciona su participación en la guerra de Cuba, lo que le proporciona miles de "likes" entre la clase alta americana, que son "likes" para ellos nada más porque en realidad esa guerra no fue más que una vil maniobra torticera del gobierno USA para ampliar su campo de comercio y sus aranceles.

Siguiendo con el tema, de 1943 es "El diablo dijo No" que también es un relato empezado al final para ir hacia atrás contando la vida de un caballero rompecorazones que tuvo su número de amantes. Dicha película fue dirigida por Lubitsch y es de similares características narrativas; por tanto estamos ante un recurso que bien empleado produce el efecto deseado de añoranza, ternura, comedia y drama en el ocaso de la vida. Pues nada más. Añadir que Duvivier, franchute de pura cepa, con su película: Lydia, no llega a la de Orson Welles ni a la de Lubitsch por muchos "likes" que tenga.
floïd blue
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