Un policial sueco que empieza muy animadamente. Lo primero que hay que decir es que la pareja de policías, y teniendo en cuenta que es una película de los 80, te recuerda a aquella simpática serie de Starsky y Hutch. Estos dos policías presentan su lugar de trabajo, sus oficinas y su jefe cascarrabias, se llevan entre ellos un vacile muy bueno, les gusta los coches potentes (hay una persecución automovilística muy buena), y tienen sus contactos en los bajos fondos de la ciudad, como en la serie americana.

El caso que les ocupa está entretenido, y las encuestas y las vigilancias, igual. Algo huele a podrido en las altas esferas y quieren airearlo. Hay fiestas de policías en Mallorca, sin que aparezca la isla, y un collar de perro por medio... En concreto, entretenido y curioso policial sueco.