Tiene cara de buena persona el Lundgren éste. Y es buena persona. Gran parte de la película se la ha tirado persiguiendo a la chica. La persecución ha sido espectacular, trabajosa… Dura. Ella huía de él atemorizada, casi prefería perder la vida antes que él la cogiera. Pero él no quería hacerla daño. Daba la impresión que aunque a su lado norteamericanos y cubanos se dieran un beso en la boca, intercambiaran banderines y se regalaran flores, ellos seguirían corriendo. Me ha venido a la cabeza que ya podían transcurrir millones de años y que la civilización desapareciera, que ellos seguirían corriendo. Volverían a aparecer los dinosaurios y ellos seguirían corriendo. Reaparecería el Enterprise y la Estrella de la Muerte y ellos seguirían sin parar.

El caso es que corrían y corrían. Saltaban al río, subían por el techo del tren, se daban unos golpes de impresión. Yo estaba asombrado y he hecho gestos de dolor. Él iba sangrando por todos los lados, incluso se raja el brazo aposta con un cúter para sangrar más (¡Oh, escena de sublime sacrificio!). Se han clavado sacacorchos, navajitas de pelar naranjas, cristales, se han disparado con pistolas mil, se han inmovilizado con esposas, se han aplicado esos artefactos que dan sacudidas eléctricas para atontar. Se han pegado, incluso él le ha dado a ella un gancho bestial en el estómago, la ha dejado sin respiración (y a mí también). Bueno, pues después de esa relación no buscada de sadomasoquismo continuo ¡cómo no iba a surgir en sus corazones una pasión desenfrenada que les llevara al amor más verdadero!

Dice Kriza que el amor no existe. Me imagino que se refiere a esas parejas que sonríen en el facebook, que hacen cadenas con los demás para dar saltitos de alegría, que son socios de Médicos sin fronteras, que beben coca cola, que se llaman cariño durante el resto de la vida, que planean un viaje al sitio de moda, que eligen a sus amigos, que hablan como profesores… que suspiran cuando él se la mete con cuidado y luego se besan amorosamente en vez de hacerlo hasta sangrar rebotando a golpes por la cama, por la mesa, por el suelo, por las escaleras...

No lo sé, pero esta pareja, al menos durante un minuto, estoy seguro que se han amado con una fuerza comparable por lo menos a la de un volcán en erupción, un volcán de dimensiones cósmicas capaz de arrasar la superficie del planeta y aún, abriéndose la tierra a los fuegos del magma, ellos seguirían corriendo huyendo uno del otro para luego volver a amarse y así una y otra vez para no morir jamás.