El título de la película aclara el contenido: Justicia salvaje. Tampoco es que sea la acción pródiga en tiros pero la justicia se va a repartir al por mayor, nada de multas con reducción a la mitad por pronto pago.

Tenemos pues a Bronson de un justiciero apacible que sueña con momentos mágicos en su casita de la playa leyendo con luz natural hasta las 10 de la noche, pero le han matado a un amigo y se tiene que poner a trabajar. Eso son amigos. Los demás son como el que tiene un tío en Alcalá.

La viuda del amigo y el retoño de éste le acompañarán. Ella es una mujer atractiva y de sensibilidad exquisita, muy adrede para enamorarse de un tío generoso e inteligente como Bronson.

El doctor es el malo; está en prácticas y es un chapucero. Así que no tiene clientes y los tiene que buscar por distintos países con dictaduras militares plenas. A la hermana del doctor le gusta el rollo cariñoso con las jovencitas; a Bronson estas cosas le joden y lo lleva muy mal, pero se calla por su naturaleza tolerante.

La película no es buena ni mala. Es del género Bronson reparte el bacalao.