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Voto de floïd blue:
5
6,1
10.602
Drama. Romance
Gus (Clint Eastwood) es un veterano ojeador de béisbol de edad avanzada que está perdiendo poco a poco la vista. Por ello decide viajar con su hija Mickey (Amy Adams) hasta Atlanta para observar a un joven talento. Pero las relaciones entre padre e hija han sido últimamente bastante conflictivas. (FILMAFFINITY)
28 de noviembre de 2012
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
No ha estado mal cuando en el bar, Clint ha pedido la cuenta a su modo: “¡La cuenta coño!” ¡A que saca la pipa y da un golpe con ella en la mesa!
Esta sencilla historia en principio bastante tramposilla tengo que reconocer que ha colado. Y ha colado por los años de Clint en la profesión que indudablemente se ha visto su mano en el hacer y un poco bastante de su estilo ¿o es que su presencia marca por sí el estilo y los modos de la película?
Hay un par de escenas forzadas para definir el carácter del personaje estrella. De nuevo conflictos de un padre distanciado de la hija. A partir de ahí es la hija quien toma el rumbo de la historia con una simpática relación con un ex jugador amigo de su padre. Mientras el béisbol prepara el golpe del efecto final gracias a un chaval prepotente e insoportable que no falla un golpe al batear.
La película no queda muy artificiosa. Da el pego gracias a la presencia de Clint pero otra cosa es esperarse una obra de categoría, porque no lo es. Es un film de televisión dirigido blandamente a un final emotivo. Nada más.
Esta sencilla historia en principio bastante tramposilla tengo que reconocer que ha colado. Y ha colado por los años de Clint en la profesión que indudablemente se ha visto su mano en el hacer y un poco bastante de su estilo ¿o es que su presencia marca por sí el estilo y los modos de la película?
Hay un par de escenas forzadas para definir el carácter del personaje estrella. De nuevo conflictos de un padre distanciado de la hija. A partir de ahí es la hija quien toma el rumbo de la historia con una simpática relación con un ex jugador amigo de su padre. Mientras el béisbol prepara el golpe del efecto final gracias a un chaval prepotente e insoportable que no falla un golpe al batear.
La película no queda muy artificiosa. Da el pego gracias a la presencia de Clint pero otra cosa es esperarse una obra de categoría, porque no lo es. Es un film de televisión dirigido blandamente a un final emotivo. Nada más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El final emotivo es de esos que siempre resultan redondos y son eficaces por las clásicas escenas que funcionan porque emocionan pero en realidad son más tontas que nada. Pero como lo que queda bien, bien parece, siempre habrá lugar para el conformismo, para concluir que está bien la peli, hombre… Y que se deja ver agradablemente. Alguno llorará viendo a Clint sobre la tumba de su mujer. Joder, qué pena. El que no llora es Clint, hago que lloro porque sé de sobra que estas cosas funcionan muy bien. Son escenas que no fallan. Lo que pasa es que aquí no hay originalidad ni el lirismo mostrado por ejemplo cuando va a ver la tumba de su mujer en "Sin perdón".
Del montón: Como el tío prepotente del Club de béisbol para el que trabaja Gus (Clint). Quiere fichar al chaval estrella a toda costa. El chaval tiene un padre puesto en la grada que por cae mal por todos los lados, dan ganas de echarlo del campo. El muchacho igual, hecho aposta para caer de puta pena, y claro que se consigue, es inaguantable y encima no falla un golpe (eso sí: baja las manos, lo que es un fallo y sólo Clint es el que se da cuenta. Jódete. Los demás ojeadores no tienen ni puta idea.)
Bueno pues el directivo del Club se pasa de listo y, claro, al final también tiene que recibir su merecido. Y ahí está Robert Patrick el inolvidable T1000, quien le mira por el rabillo del ojo con mala leche y le dice: “Quedas despedido”. Uno lo siente un poco porque es blando de corazón, pero en USA son muy tajantes. Si no vales fuera. Si vales te puedes mofar todo lo que quieras de quien te dé la gana y hacer la pelota como más te guste, pero si la cagas, la cagas del todo. El caso es que son escenas más que vistas pero que, repito, quedan bien.
Luego la historia de la hija está escrita para crédulos. ¿De verdad que es lógico que una muchacha en un momento crucial de su vida como es conseguir el puesto de trabajo tan ansiado y formar parte de la directiva, coja y se marche? Al fin y al cabo su padre no se estaba muriendo ni nada parecido. Pues no, es algo improbable. Es una ocasión única la que tiene y es artificioso que la pierda porque justo en ese momento quiera ver a su padre. Ya tendrá tiempo. ¿Es normal que una hija se sepa de memoria tantos datos históricos sobre el béisbol? ¿Que sepa más que la gente que se gana la vida con ese deporte? (Claro que no). Pues lo mismo: ella ha estudiado una carrera de Derecho y trabaja sin parar según repite una y otra vez, luego no creo que tuviera mucho tiempo para ver béisbol.
En cambio, me ha parecido muy acertado el mosqueo del amigo de Gus cuando éste le dice que no aconseje al bateador que no fallaba una. Así lo hace y su Club no le ficha; luego se entera que le ha fichado el Club de Gus por lo que se piensa que ha sido una mala jugada que le han gastado Clint y su hija.
El final, el objetivo: clásico, emotivo y recurrente; eso sí: Hay que saber hacerlo bien, claro está. El bateador que no ha fallado un golpe en toda su vida, llega el momento y no da una. Te cagas. Habrá que ser gilipollas. Pues nada, será así para que todo funcione y la hija de Clint quede de puta madre.
Gus es un ojeador, un empleo en decadencia cuando hoy día funciona todo a golpe de talonario, un empleo que parece pronto a extinguir, que parece como de otra época, igual que si Clint marcara su sitio en el tiempo; muy bien con su personaje, efectivo cien por cien. Muy bien el final que se va caminando tranquilamente a coger el autobús. En concreto: Eficaz peliculilla con sus aciertos en el desarrollo, con buena música y con un final… que no es que sea previsible, más bien: Es el esperado.
Del montón: Como el tío prepotente del Club de béisbol para el que trabaja Gus (Clint). Quiere fichar al chaval estrella a toda costa. El chaval tiene un padre puesto en la grada que por cae mal por todos los lados, dan ganas de echarlo del campo. El muchacho igual, hecho aposta para caer de puta pena, y claro que se consigue, es inaguantable y encima no falla un golpe (eso sí: baja las manos, lo que es un fallo y sólo Clint es el que se da cuenta. Jódete. Los demás ojeadores no tienen ni puta idea.)
Bueno pues el directivo del Club se pasa de listo y, claro, al final también tiene que recibir su merecido. Y ahí está Robert Patrick el inolvidable T1000, quien le mira por el rabillo del ojo con mala leche y le dice: “Quedas despedido”. Uno lo siente un poco porque es blando de corazón, pero en USA son muy tajantes. Si no vales fuera. Si vales te puedes mofar todo lo que quieras de quien te dé la gana y hacer la pelota como más te guste, pero si la cagas, la cagas del todo. El caso es que son escenas más que vistas pero que, repito, quedan bien.
Luego la historia de la hija está escrita para crédulos. ¿De verdad que es lógico que una muchacha en un momento crucial de su vida como es conseguir el puesto de trabajo tan ansiado y formar parte de la directiva, coja y se marche? Al fin y al cabo su padre no se estaba muriendo ni nada parecido. Pues no, es algo improbable. Es una ocasión única la que tiene y es artificioso que la pierda porque justo en ese momento quiera ver a su padre. Ya tendrá tiempo. ¿Es normal que una hija se sepa de memoria tantos datos históricos sobre el béisbol? ¿Que sepa más que la gente que se gana la vida con ese deporte? (Claro que no). Pues lo mismo: ella ha estudiado una carrera de Derecho y trabaja sin parar según repite una y otra vez, luego no creo que tuviera mucho tiempo para ver béisbol.
En cambio, me ha parecido muy acertado el mosqueo del amigo de Gus cuando éste le dice que no aconseje al bateador que no fallaba una. Así lo hace y su Club no le ficha; luego se entera que le ha fichado el Club de Gus por lo que se piensa que ha sido una mala jugada que le han gastado Clint y su hija.
El final, el objetivo: clásico, emotivo y recurrente; eso sí: Hay que saber hacerlo bien, claro está. El bateador que no ha fallado un golpe en toda su vida, llega el momento y no da una. Te cagas. Habrá que ser gilipollas. Pues nada, será así para que todo funcione y la hija de Clint quede de puta madre.
Gus es un ojeador, un empleo en decadencia cuando hoy día funciona todo a golpe de talonario, un empleo que parece pronto a extinguir, que parece como de otra época, igual que si Clint marcara su sitio en el tiempo; muy bien con su personaje, efectivo cien por cien. Muy bien el final que se va caminando tranquilamente a coger el autobús. En concreto: Eficaz peliculilla con sus aciertos en el desarrollo, con buena música y con un final… que no es que sea previsible, más bien: Es el esperado.