No tiene un gran guión, tampoco las actuaciones son nada del otro mundo, pero esta película tiene algo que te engancha. Quizá sea la banda sonora que se te mete en la cabeza y ya no para de sonar. O quizá sea que esté muy bien contada, no tienes que hacer grandes esfuerzos para seguirla. O quizá sea que para un melómano como yo todo lo que hable de música nos atrape. El caso es que todavía no conozco a nadie que no le haya gustado esta película. Por cierto, la angelical Liv Tyler también engancha lo suyo.