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Voto de Antonio Morales:
5
Comedia Cuatro amigos casados, muy juerguistas, hacen creer a todos que han emprendido un viaje a las islas Columbretes, pero lo cierto es que han viajado a Andalucía para celebrar una fiesta en un cortijo con una conocida artista. El azar hace que el barco que iba a esas islas naufrague y todo el pasaje se ahogue. Para salvar su reputación, los cuatro amigos deciden poner rumbo a las islas y desde allí enviar un mensaje en el que comunican que están vivos. (FILMAFFINITY) [+]
23 de junio de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La astracanada fue un subgénero teatral cómico muy popular en los escenarios españoles, durante el primer tercio del siglo XX. Cultivado entre otros por Pedro Muñoz Seca, uno de los guionistas y autor de la obra teatral en el que se basa el film y que fue fusilado en Paracuellos por los republicanos durante la Guerra Civil que acababa de terminar. Podría considerarse como un héroe de los caídos por la patria, mucho más cuando al principio del film uno de los protagonistas hace alusión explícita a la victoria franquista. El film por lo tanto gozaba de la simpatía del Régimen de Franco.

Aunque fue un género exitoso y de evasión, la astracanada en muy contadas ocasiones alcanzó reconocimiento crítico y social. Procedente del teatro del absurdo, lo que importaba era hacer reír, incluso a costa de la verosimilitud argumental que frecuentemente caía en el despropósito y carecía de calidad literaria. Todo residía en una teatralización de la realidad con personajes pícaros y granujas que inventando patrañas serán descubiertos y ridiculizados. En este caso son 4 calaveras que se corren una juerga engañando a sus familias con un viaje ficticio. El argumento se revela como absurdo y descabellado con situaciones disparatadas, ilustradas con canciones y bailes folclóricos que se intercalan entre juegos toscos de palabras y situaciones y personajes supeditados al gag.

El film sólo se puede calificar positivamente por su valor como documento histórico fiel reflejo de una época. Una postguerra plena de calamidades, hambre y represión, en el que el cine popular de evasión era como un bálsamo para paliar el dolor y la tristeza de un tiempo de exilio e injusticias. Con unos actores como Alberto Romea y Antonio Vico, Mary Santpere que con su profesionalidad intentaban retomar una carrera artística interrumpida por el conflicto bélico finalizado 4 meses antes.
Antonio Morales
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