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Voto de Antonio Morales:
6
Drama Pete Quilliam (Carl Brisson) es pescador, y su gran amigo desde la infancia, Philip Christian (Malcom Keen), quien ahora ejerce como abogado, viajan a la Isla de Man, donde Philip ha conseguido empleo a su amigo. La hija del empleador es una preciosa chica llamada Kate Cregeen (Anny Ondra) y, al conocerla, ambos amigos quedan prendados de ella, pero ante la efusividad y la atención que ella le presta a Pete, el abogado decide guardar ... [+]
26 de mayo de 2014
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por esta época, el cineasta estaba dejando de ser una simple promesa para convertirse en palpable realidad, meticuloso y responsable merecedor de la confianza del estudio, la Britsh International Picures. “The Manxman” es el último film mudo de Hitchcock, un melodrama moralista que narra un triangulo amoroso, ambientado en la isla de Man aunque rodado en Cornualles. El pescador Pete Quilliam (Carl Brisson) y el abogado Phillip Christian (Malcolm Keen) se disputan el amor de Kate Cregeen (Anny Ondra), hija de un posadero. Junto a Jack Cox en la fotografía está Michael Powell, que sería luego un gran director. El argumento estaba basado en la novela de Sir Hall Caine.

Aunque Hitchcock no se sintió satisfecho del film, es en mi opinión, un trabajo sólido narrado con sobriedad y precisión, en el que una cierta contención, no excluye, antes al contrario, la presencia de un “oficio” depurado y seguro de sí mismo. Tengo la impresión de que el cineasta no sentía simpatía por el film, debido quizás, a la falta de humor, pero lo cierto es que su seriedad, que alcanza una melodramática contundencia, resulta perfectamente coherente en este caso, es una historia en el que se dan cita el amor, los imperativos éticos, el desequilibrio social y hasta lo inevitable de ciertos odios o egoísmos.

Posiblemente ese pesimismo que se desprendía del film fuera también el principal culpable del poco éxito en taquilla, pero no es menos cierto que ese pesimismo tal vez sea, visto ahora, uno de los apoyos básicos de su modernidad. Además, y después de las comedias precedentes, Hitchcock volvía a huir del encasillamiento fácil. “The Manxman” fue, pues, una bella despedida del cine mudo, el cineasta empezaba ya una nueva etapa, el sonoro llamaba a la puerta. Unos nuevos horizontes artísticos que le encumbrarían como el mejor cineasta británico de la época.
Antonio Morales
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