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Voto de Antonio Morales:
7
Musical Mari Pepa vive con su padre, Don José, en uno de los barrios más populares del antiguo Madrid. El joven Felipe hace tiempo que está enamorado de ella, pero no se decide a declararle su amor. (FILMAFFINITY)
10 de mayo de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta extraño que esta película basada en la celebérrima zarzuela “La revoltosa” con la música memorable de Ruperto Chapí, tenga tan pocas reseñas, seguramente poco conocida por parte de los usuarios de esta web, pues me ha parecido una excelente adaptación nada desdeñable, de este sainete lírico estrenado el 25 de Noviembre de 1897 en el teatro Apolo de Madrid. El libreto es un fiel reflejo de los ambientes vecinales de finales del siglo XIX, haciendo un fiel retrato de tipos y situaciones, debido a dos grandes expertos libretistas, José López Silva y Carlos Fernández Shaw, que trasladan a la escena todo el sentir y la realidad del Madrid de esos años.

Esta castiza comedia musical narra las peripecias de Mari Pepa (una deslumbrante Carmen Sevilla), una bella planchadora presumidilla y coqueta, que vive con su hermano y su tía en un variopinto patio de vecinos con sus chascarrillos y cotilleos, y Felipe (magistral Tony Leblanc) un carpintero ebanista, algo presuntuoso pero de buen corazón que se aman con locura, pero, siempre están discutiendo por celos sin importancia. Su amor se verá truncado cuando el hermano de Mari Pepa esté en apuros por cometer un robo y, su posterior empeño. Este incidente provocará que Mari Pepa tenga que casarse con el perista Don Leo (Tomás Blanco), para así ayudarlo.

Una película llena de situaciones jocosas, frases picaronas con doble sentido, con el castizo gracejo en su dicción, de chulapón con su gorra y chulapona con su mantón de Manila, de planta y tronío, encarnados por una pareja con química, réplicas y contrarréplicas chispeantes por su frescura, cuando se practicaba el piropo galante, sin descartar los bajos instintos, donde el chotis preside la típica verbena madrileña. Los secundarios juegan un papel coral y costumbrista determinante en esta comedia musical, llena de estimulantes ideas visuales como la representación teatral soñada por Felipe, o el concurso de baile en el que la pareja protagonista explicitan su atracción mutua.

Una película con encanto en su puesta escena, una música popular que cautiva, de narrativa ligera y concisa que ensalza nuestro género lírico y el Madrid decimonónico de los Austrias, que gustará a los amantes del género chico y los aficionados al cine folclórico español. Un cine muy digno, todo un documento que refleja perfectamente aquella sociedad de costumbres que vivieron nuestros ancestros.
Antonio Morales
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