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Voto de Antonio Morales:
7
Aventuras. Western Después de desertar de la guerra entre Estados Unidos y México y hastiado de la civilización, el soldado Jeremías Johnson decide dejarlo todo y establecerse en las inhóspitas Montañas Rocosas. Se establece en un territorio dominado por los violentos indios Crow, donde, con la ayuda de un viejo trampero, aprenderá a sobrevivir en durísimas condiciones. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sydney Pollack y Robert Redford tres años más joven, se conocieron en 1958 cuando ambos asistían a la escuela de Arte Dramático. Habían trabajado juntos en “Propiedad condenada”, de 1966, un drama de Tennessee Williams. Parece ser que la Warner disponía de un primitivo guión de John Milius que llegó a Robert Redford que se interesó por él, y llamó a Pollack para que lo realizase. La intervención del actor en este film parece que tuvo una enorme importancia. Entre los dos modificaron sustancialmente el guión, del que sólo retuvieron el primer tercio, y que estaba basado en la vida de un célebre trampero “Jeremias Johnson” llamado el “come-hígados” porque tenía la costumbre de comer el hígado de los enemigos que abatía.

Abandonando esta parte de la biografía de “Jeremias Johnson”, se deciden a desarrollar los métodos de supervivencia de un hombre solo enfrentado a una naturaleza hostil. La lucha del hombre por su supervivencia parece que fue lo que más le interesó a Redford (que realiza un gran trabajo), mientras que el carácter filosófico de la fábula, y la puesta en causa de la creencia de que se pueden resolver determinados problemas por medio de un ingenuo retorno a la naturaleza, suscitó prioritariamente el interés de Pollack. Esto se tradujo en la existencia de dos películas distintas dentro del mismo film – enfrentamiento hombre-naturaleza y venganza de “Jeremias Johnson” contra los indios – que logran difícilmente llegar a integrarse.

En mi opinión lo mejor de la película es la parte que interesaba más a Redford, el hombre y el medio natural, rodada en unos parajes maravillosos, donde el hombre debe aprender a sobrevivir sin ayuda externa, por sus propios medios. La contradicción mayor del film estriba en que pretende atacar el mito romántico de que se pueden resolver los problemas de la civilización huyendo de ella, pero se hace de una forma romántica exaltando la lucha por la supervivencia en las Montañas Rocosas.

Es evidente que esta actitud de “Jeremias Johnson” entroncaba con una postura de la juventud americana, que hastiada de la civilización de aquella época de los setenta buscaba una salida a su mediocre existencia. El personaje de Redford se nos muestra con sobreabundancia de planos generales bellísimos al principio, en que Jeremias estaba perdido en la inmensidad de los paisajes, para ir progresivamente hacia una planificación más corta, conforme avanza el film, llegando en la parte final a abundar los planos medios e incluso algunos primeros planos. Invitándonos a acercarnos progresivamente al personaje del que apenas conocemos su pasado. Film curioso y contradictorio, enormemente supervalorado que sólo en contadas ocasiones está a la altura de sus pretensiones, da fe al menos, de una cierta madurez estilística de Sydney Pollack, un director que se consagraría con “Memorias de África”.
Antonio Morales
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