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Voto de Antonio Morales:
5
Drama Un joven delincuente de poca monta y una vendedora de libros a domicilio, que ejerce la prostitución ocasionalmente como una derivación de su trabajo, ensayan una forma de convivencia partiendo de unos esquemas de libertad mutua... (FILMAFFINITY)
2 de marzo de 2017
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gran actriz Concha Velasco, aquella muchachita de Valladolid que había saltado a la fama durante los años 60 con las películas de Manolo Escobar, demostraba a partir de los 70 su madera de actriz dando un giro radical a su carrera, porque más allá de su espléndido físico, estaba su talento. “Libertad provisional” aborda las relaciones entre una vendedora de algo más que libros cuando la ocasión lo propicia gracias a su físico y un joven delincuente, un “charnego” (calificativo peyorativo catalán), desclasado, mentiroso y trepa que en el fondo es un hortera. Una problemática relación de pareja dentro de una sociedad mezquina, cuya trama no termina de encauzar y conseguir lo que pretende.

Ella es el “alma mater” de esta crónica pesimista sobre la regeneración social, por su carácter indomable en este amargo y desencantado film de José Luis Dibildos quien fue el avispado productor, paradigma de lo que se denominó cine de la tercera vía dentro del cine español, liderado por el director Roberto Bodegas a medio camino entre temas sociales de actualidad con vitola de calidad pero sin abandonar el tono comercial, y mucho más atrevido en el terreno del sexo cuando acababa de desaparecer la censura, por lo que las escenas de cama se muestran más explícitas que tampoco desentonan con esta historia “lumperiana” de la Barcelona periférica e industrial, ambientada en el barrio del Guinardó donde Marsé pasó su infancia.

Si nos atenemos a la ficha técnica del film, el escritor catalán en lengua castellana Juan Marsé, premio Cervantes (ver Wickipedia), ahora marginado por el independentismo por no seguir las directrices lingüísticas del régimen, asumió una parte importante de esta película: argumento, guión y diálogos. Por lo tanto, tiene un peso específico que se deja sentir de manera ostensible, porque su protagonista encarnado por un excelente Patxi Andión, no deja de ser una pálida copia del “Pijoaparte” de su novela “Últimas tardes con Teresa”. Este Manolo retoma del “héroe” de la famosa novela sus señas de identidad más remarcables: como aquel delincuente ocasional, practica un provechoso “macarrismo” con las empleadas de hogar, el barrio del Carmelo como entorno físico de sus peripecias y un desmedido afán por ascender en la escala superior.

Es obvio que todo este submundo se inscribe dentro de una vertiente populista típica en el cineasta Bogegas preocupado por otorgar una prioridad absoluta a los aspectos más chirriantes de la acción. La anécdota que prevalece en el tiempo es esta Alicia (Concha Velasco), una especie de icono atractivo y cultural de Planeta o Salvat, que también ofrecía estimulantes servicios complementarios. Hubo un tiempo en que los libros eran el medio para adquirir el conocimiento – ahora la revolución digital está acabando con el papel escrito – eran la base que daban un lustre cultural en los hogares además de vestir las estanterías de nuestras casas. Otra cuestión harto difícil, sería averiguar si servía de consulta o sólo de adorno. Las enciclopedias se vendían a domicilio y a plazos, pues era la mejor forma que el ciudadano medio podía adquirirlos. ¡Cómo ha cambiado el mundo!
Antonio Morales
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