Me ha causado sorpresa el hecho de encontrar esta ópera prima de Pilar Miró sin comentario alguno en esta web, da la impresión que los aficionados al cine o la desconocen o es que no la valoran en su justa medida. A mí me parece una obra estimable, para ser su primera película, bella, delicada y sensual. Una joven y seductora Ana Belén en el cénit de su carrera, es la protagonista absoluta de esta obra singular. Tenía 36 años Pilar Miró cuando realizó su primer film, pero gozaba de una amplia experiencia en el mundo de la televisión, realizando importantes adaptaciones para la pequeña pantalla, con obras de Wilde, Irving, O´Neill, Dickens, Thackeray, Balzac, Zorrilla, Bécquer, Miura, Tirso de Molina y tantos otros. La casualidad jugó un papel importante en su debut cinematográfico, pues de la mano del actor, guionista y escenógrafo Leo Anchóriz, decidieron escribir juntos esta historia inspirada en un cuento de Emile Zola titulado “Por una noche de amor”. Una película que sorprendió en su momento por sus elevadas dosis de erotismo, de orgasmos violentos, pero que no tenía nada que ver con las películas del destape zafio de aquella época.

Su principal reto era alargar la breve peripecia original de Zola, cargando las tintas sobre el personaje de Teresa (Ana Belén), en detrimento del personaje del mudo (Frederick de Pasquale) que en la novela no lo es y que en el film pierde su carácter referencial. Naciendo así, el personaje femenino, tan habitual luego en toda la filmografía de Miró: independiente, fuerte, incapaz de establecer una relación amorosa de igual a igual, extremadamente celosa de su universo personal que encontraremos en títulos como, “Gary Cooper que estás en los cielos”, “El pájaro de la felicidad”, “El perro del hortelano” o “Tu nombre envenena mis sueños”.

Teresa es una joven egoísta, perversa y caprichosa, una mujer cruel hasta el sadismo. El límite a sus deseos de libertad es, sin embargo, el de las convenciones sociales de su clase, a los que no está dispuesta a renunciar. Todo se complicará en un desmedido arrebato de pasión. En mi opinión, al personaje de Teresa le falta un poco más de espesor dramático para poder entender mejor su díscolo comportamiento, pues sólo unas escenas infantiles no son suficiente para desarrollar su personalidad. Sus coqueteos con el hijo del ama de llaves, Mguel (Emilio Gutiérrez Caba), y el mudo, quedan como consecuencia reducidos a una suerte de caprichos de niña mimada. A pesar de tener serios problemas con la censura, consiguió salirse con la suya sin tener que cortar planos de las escenas eróticas, estrenándose con gran éxito en taquilla.