Esta comedia desenfadada con canciones inolvidables de encanto y glamur está protagonizada por dos cabareteras, cantantes y bailarinas, una rubia, Lorelei Lee (Marilyn Monroe) y otra morena, Dorothy Shaw (Jane Russell). Ambas amigas buscan fortuna y marido a bordo de un trasatlántico rumbo a Francia. La rubia está loca por los diamantes, por lo que su objetivo son los millonarios solteros, a poder ser también ingenuos y maleables. En cambio, Dorothy se interesa por los tipos duros y atléticos.

Película con una dirección artística, vestuario y coreografías fascinantes. Basada en una novela de Anita Loos, una escritora muy ligada a Hollywood desde que colaborara nada menos que con David W. Griffith en la redacción de los intertítulos de “Intolerncia”. El libro lo convirtió ella misma, con la ayuda de Joseph Fields, en una pieza teatral con destino a Broadway. En su pase a la pantalla, las canciones fueron de Julie Styne, Leo Robin, Hoagy Carmichael y Harold Anderson.

Entre los números musicales, todos cargados de desenfado, destacaremos asimismo el “A Little girl from litte Rock”, que ambas actrices cantan enfundadas en atractivos vestidos rojos con lentejuelas. El hecho de que Hawks fuera uno de los más conspicuos cultivadores de la comedia alocada como “La fiera de mi niña” o “Luna nueva”, e irónico observador de la guerra de sexos, siempre apostando por la iniciativa femenina, le hizo particularmente apto para, con la ayuda del guión de Charles Lederer, abordar con desparpajo e inteligencia este entretenimiento, en el que los diálogos poseen auténtica gracia y los personajes, aunque dibujados a trazo grueso, son representativos de una forma muy americana de buscar el éxito en la vida.

Marilyn tiene en esta película su primer papel protagonista en un musical, luego haría “Luces de candilejas” y “El multiillonario”. Howard Hawks, que no tuvo con ella las dificultades de relación de otros directores, la definió como “La chiquilla más asustada del mundo”. Significó la revelación de Marilyn como estrella del musical, a la vez que consolidó la imagen de chica boba y sexy que determinaría su futura carrera. Un encasillamiento injusto y en exceso simplista. Pues nunca hubo una actriz tan sexy y a la vez con esa mezcla de vulnerabilidad y picardía que transmitía a la cámara.