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Voto de Antonio Morales:
6
Musical. Drama. Romance Buenos Aires, años 30. Juanita, una joven y bella española admiradora de Carlos Gardel conoce a un oscuro cantante de tangos que se le parece considerablemente. Seducida por el artista, abandona a su novio e intenta convertir al joven en un doble de su ídolo. (FILMAFFINITY)
26 de junio de 2016
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película de Chávarri es un melodrama con canciones, en este caso, tangos y algún foxtrot perteneciente a la época que recrea, los años treinta en un Buenos Aires en el que Carlos Gardel era un mito. Un film que apuesta por el romanticismo melodramático, con un excelente diseño de producción gracias a la coproducción entre España y Argentina, avalada por las dos entregas anteriores del propio Jaime Chávarri con “Las cosas de querer” y su segunda parte que obtuvieron gran éxito en la tierra porteña. El film se presenta al espectador como una especie de recorrido sentimental a través del paisaje sonoro del tango, como generador de una pasión enfermiza.

La anécdota argumental en torno a la que se articula el desfile de canciones de Gardel, es la excusa para contar una historia de amor, la de un pobre hombre, Renzo Franchi (Darío Grandinetti), al que su parecido, físico y vocal, con el cantante argentino le sirve para conquistar a Juanita (Aitana Sánchez-Gijón), española emigrada y novia de su mejor amigo, Gustavo (Juan Echanove), también emigrante, y que junto al anterior, mas Anibal (Ulises Dumont), un hombre entrañable y tierno, forman un grupo itinerante que tocan en tascas y tabernuchas de mala muerte.

Juanita tratará de cumplir sus sueños mitómanos a través de Renzo, proyectando sobre él sus fantasías y anhelos, siempre relacionados con el auténtico Gardel. Para ello le obliga a cantar como él, embarcándose todos en una patética gira. Como muy bien decía el propio cineasta, lo más importante del film es Juanita, su relación con la realidad y los sueños, el corazón de la historia está en jugar a fabular alrededor de la idea, o fantasía de que Gardel podía tener un doble que se pudiera confundir con él. En mi opinión, el film esboza un interesante estudio sobre la paranoia de una mujer que sólo es feliz con un hombre sobre el que proyecta la imagen de otro.

La película de Chávarri cumple perfectamente sin defraudar, aunque quizá daba más juego ese argumento que incluye una pirueta rocambolesca que suscita interesantes reflexiones, sobre la impostura, el arte de la imitación, la mitomanía, los sueños imposibles y las esperanzas frustradas. Un film donde brillan con luz propia los actores que transmiten una naturalidad muy aceptable, sobre todos se impone un secundario, un magistral Ulises Dumont por su sencillez y humanidad.
Antonio Morales
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