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Voto de Antonio Morales:
7
Drama. Romance El joven terrateniente Jordan 'Bick' Benedict (Rock Hudson) llega a su inmenso rancho de Texas con su flamante esposa Leslie (Elizabeth Taylor), una rica y bella muchacha del Este. No tardan mucho en descubrir que pertenecen a mundos radicalmente opuestos y que los separa un abismo. Jett Rink (James Dean), un joven y arrogante empleado de los Benedict, tiene la suerte de encontrar petróleo en unas tierras que le ha dejado en su ... [+]
23 de junio de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este es un film con pretensiones de grandiosidad epopéyica, pues se nos cuenta más de 25 años de vida familiar, se hace un somero repaso al Este y el Oeste americanos, al racismo y a la intransigencia, a la riqueza y a la pobreza, a la relación entre padres e hijos, entre tejanos y mejicanos, a la guerra, a la paz, al amor, al enfrentamiento entre generaciones y a la evolución, bajo el pretexto de efectuar un retrato del ciudadano americano. Lo peor en mi opinión es que los acontecimientos tienen más relevancia que las personas y en la que éstas funcionan como estereotipos. En el fondo lo que propone el film de Stevens, no es sino una transposición de la clásica novela gótica al marco del Oeste americano.

Las circunstancias argumentales que concurren en “Gigante” son harto evidentes: una muchacha que se casa con un hombre que la lleva a vivir a un lugar extraño, inhóspito y desconocido para ella; la hermana del terrateniente (estupenda Mercedes McCambridge) es un remedo de la siniestra ama de llaves, cuya función más explícita es recordar continuamente con su presencia que la recién llegada es una intrusa; el poderoso señor Benedict (colosal, Rock Hudson) recuerda a Maxim de Winter; Jeff (James Dean entró en la leyenda con este film, que no pudo ver estrenado debido a su prematura muerte en accidente de tráfico) es un personaje similar al que hemos conocido en tantas novelas de estas características (a veces ejerciendo las tareas de jardinero): su presencia sirve para recordar las turbias circunstancias en que nació la fortuna de los Benedict.

Es cierto que George Stevens contó con un reparto fabuloso, grandes medios económicos y más de tres horas de duración para adaptar el “best seller” de Edna Ferber, pero hay que reconocer que Stevens se las arregló para llenar de detalles tantos metros de celuloide sin dejar nunca de exprimir talentos tan dispares y en apariencia irreconciliables como los que confluyen en esta obra. “Gigante” nos enseña que la grandeza de ese cine se ha perdido para siempre, pero también que en aquellos años veinte, al menos en Maryland (Texas), no era inusual que la lucha de clases, la racial y hasta la más primitiva de todas las luchas, la que sostienen dos hombres por una mujer, se resolvieran a puñetazos. Ni siquiera la fascinante Elizabeth Taylor, sorprendentemente eclipsada por sus dos compañeros de reparto, deja de demostrar su sensibilidad y su oficio con algunas intervenciones memorables. Precursora de las series familiares televisivas, el film puede verse muchas veces, porque una visión no basta para abarcarla.
Antonio Morales
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