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Voto de Antonio Morales:
7
Musical. Comedia Dos hermanas modistillas, que viven en la pensión de la señora Rita, son pretendidas por el viejo boticario Don Hilarión. Cuando las dos deciden ir a la verbena de la Paloma con el farmacéutico, el novio de una de ellas tratará de impedirlo. Basada en la famosa zarzuela madrileña del mismo nombre. (FILMAFFINITY)
19 de julio de 2015
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La zarzuela más popular del género por antonomasia, una de las mejores contribuciones a la historia del cine Español anterior a la Guerra Civil, aunque la copia que pasó TVE del film de Benito Perojo era algo deficiente, el no haber conservado nuestro patrimonio en condiciones es el talón de Aquiles del cine Español. “La verbena de la Paloma” no desmerece en absoluto del típico cine popular que se hacía en aquella época a nivel europeo. Tomando una obra de origen teatral, la zarzuela homónima de Tomás Breton y Ricardo de la Vega, con música del primero y letra del segundo estrenada en 1894, Perojo filmó una estupenda versión que es paradigma del costumbrismo madrileño muy bien simbolizado con ese gracejo y simpatía que les caracteriza.

La trama es harto conocida, el 14 de Agosto en Madrid es la noche de la Virgen de la Paloma. El apuesto Julián es un joven celoso que está enamorado de Susana que vive con su hermana Casta y con su tía Antonia, una anciana desagradable y pendenciera. Por otro lado tenemos a un boticario, Don Hiliarión, un viejo verde que se pirra por las jovencitas y coquetea con las hermanas invitándolas a la verbena esa noche. Rodada toda ella en estudio, goza de una estupenda ambientación, rica en detalles y ambiciosa en su conjunto, con una posible influencia del cine de René Clair en la puesta en escena, muy famoso en aquella época. Mostrando en “travelling” por los techos de Madrid a las gentes sencillas igual que hiciera en 1932 el maestro del realismo poético en su film “Catorce de Julio”.

Benito Perojo encontró en Fred Mandel un gran operador para el que no tenía secretos la complicada y difícil tarea de conjugar ángulos distintos y originales, hasta aflorar en cada escena la gama impresionista que late en los escorzos de sombra. La música de este film robustece la acción y la impulsa con fuerza lírica a una corriente ofuscadora de imágenes bellas, cómicas y graciosas, como si cada nota fuese, a la par que un sonido, una expresión gráfica. La lectura de este auténtico musical genuinamente español evidencia una voluntad de reflejar una sociedad sin dobles intenciones.
Antonio Morales
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