El cine, como medio de expresión y vehículo de proyección artística, ha sido utilizado por cantantes y bailarines para darse a conocer o afirmar popularmente a esos artistas. En el ámbito americano, sucedió con Bing Crosby, Frank Sinatra y Elvis Presley, alguno con gran carisma como actor, otros no tanto. A nivel español, sucedió lo mismo: Estrellita Castro, Imperio Argentina, Lola Flores, Marisol, Raphael y Manolo Escobar, con distinta suerte.

Poco conocida por los usuarios de esta web, hasta la fecha no hay comentarios, la película de Ramón Torrado – cineasta venido del mundo de la pintura – fue concebida a la medida de la gran Lola Flores, como protagonista absoluta, entonces en el esplendor de su carrera artística. Más cerca de la comedia con números musicales que de la aventura en Sierra Morena entre bandoleros y migueletes. La “faraona” exhibe su embrujo en numerosos cuadros flamencos y una canción de su hermana Carmen Flores que colabora en la cinta.

Torrado tuvo una carrera cinematográfica muy destacada en películas de estilo folclórico con Lola Flores y más adelante con Manolo Escobar, películas amables sin gran valor cinematográfico, sólo productos al servicio de la estrella. Su mejor película, en mi opinión, sería “Botón de ancla” de 1948 con Frenando Fernán Gómez y Antonio Casal. “Estrella de Sierra Morena” narra una tópica historia de niña de sangre aristocrática, abandonada a su suerte que es recogida y criada por los bandoleros que se esconden en las montañas. La obra cuenta con estupendos secundarios entre los que destaca José Nieto y Manolo Morán como “El ladeao” un entrañable bandolero que se gana nuestra simpatía.

La película es amable y sin pretensiones que se disfruta si se aprecia el coraje, el sentimiento y la calidad como bailaora de Lola Flores. Muy recomendables para sus admiradores y amantes de descubrir películas folclóricas. La fotografía en color no se aprecia en toda su dimensión por la lamentable copia que se exhibió en televisión, una copia que necesita urgentemente una remasterización para disfrutar de ese color que refleja en su plenitud la fisicidad del paisaje dentro de esa atmósfera andaluza, y que el gran operador Manuel Berenguer merece.