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Voto de Doctor Zaius:
111.763
Comedia. Drama
Philippe, un aristócrata millonario que se ha quedado tetrapléjico a causa de un accidente de parapente, contrata como cuidador a domicilio a Driss, un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel. Aunque, a primera vista, no parece la persona más indicada, los dos acaban logrando que convivan Vivaldi y Earth Wind and Fire, la elocuencia y la hilaridad, los trajes de etiqueta y el chándal. Dos mundos enfrentados que, poco ... [+]
7 de abril de 2012
28 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
1. Las banlieus son las nuevas junglas. Coge a uno de sus habitantes, pero no a uno cualquiera. Coge a uno que sea alto, guapo, atlético, que sepa bailar. Que tenga una sonrisa deslumbrantemente blanca para contrastar adecuadamente con el color de su piel.
2. La burguesía adinerada es la clase social más odiosa. Coge a uno de sus miembros. Hazlo aficionado al arte y la literatura, a la música clásica, al buen gusto comedido. Ponlo en un palacete del siglo XVI, rodeado de lujos y belleza. Ponlo en una silla de ruedas. Dí que todo está basado en una historia real.
3. Pon en contacto al saludable y energético habitante de la banlieu con el hundido burgués tetrapléjico. Confronta su espontaneidad y ganas de vivir con la amargura y la estricta reglamentación de la vida del burgués. Obvia cualquier rencor de clase. Haz que el exceso de vida y espontaneidad del habitante de la banlieu vayan modificando los hábitos del burgués embalsamado.
4. Añade unos secundarios ligeramente entrañables: una ayudante menos seria de lo que parece, un jardinero bonachón, una hija adolescente caprichosilla, cosas así. Deja caer unas pinceladas impresionistas sobre el entorno del habitante de la banlieu.
5. Súmale un Masserati, un jet privado, detalles que hagan ver al habitante de la banlieu lo bonito que es ser rico. Detalles que le hagan caer en la cuenta de la inmensa fortuna que ha tenido al conocer al burgués tetrapléjico.
6. Deja caer por toda la película comentarios ingeniosos por parte del habitante de la banlieu: sobre arte contemporáneo, sobre música clásica, sobre sexo, sobre relaciones familiares, sobre los parapléjicos en general. Que los chistes sean buenos -lo son- y los comentarios incisivos y graciosos -que también lo son-.
7. Introduce pequeñas dosis de drama bien calculadas para equilibrar las risas. Pon un toque medido de melodrama para conquistar a quienes se autodenominan "sensibles".
8. Sacúdelo todo sin violencia, con cierto amor por el espectador y por la pasta a partes iguales.
Listo. El mito del "buen salvaje" está actualizado!
De nada!
2. La burguesía adinerada es la clase social más odiosa. Coge a uno de sus miembros. Hazlo aficionado al arte y la literatura, a la música clásica, al buen gusto comedido. Ponlo en un palacete del siglo XVI, rodeado de lujos y belleza. Ponlo en una silla de ruedas. Dí que todo está basado en una historia real.
3. Pon en contacto al saludable y energético habitante de la banlieu con el hundido burgués tetrapléjico. Confronta su espontaneidad y ganas de vivir con la amargura y la estricta reglamentación de la vida del burgués. Obvia cualquier rencor de clase. Haz que el exceso de vida y espontaneidad del habitante de la banlieu vayan modificando los hábitos del burgués embalsamado.
4. Añade unos secundarios ligeramente entrañables: una ayudante menos seria de lo que parece, un jardinero bonachón, una hija adolescente caprichosilla, cosas así. Deja caer unas pinceladas impresionistas sobre el entorno del habitante de la banlieu.
5. Súmale un Masserati, un jet privado, detalles que hagan ver al habitante de la banlieu lo bonito que es ser rico. Detalles que le hagan caer en la cuenta de la inmensa fortuna que ha tenido al conocer al burgués tetrapléjico.
6. Deja caer por toda la película comentarios ingeniosos por parte del habitante de la banlieu: sobre arte contemporáneo, sobre música clásica, sobre sexo, sobre relaciones familiares, sobre los parapléjicos en general. Que los chistes sean buenos -lo son- y los comentarios incisivos y graciosos -que también lo son-.
7. Introduce pequeñas dosis de drama bien calculadas para equilibrar las risas. Pon un toque medido de melodrama para conquistar a quienes se autodenominan "sensibles".
8. Sacúdelo todo sin violencia, con cierto amor por el espectador y por la pasta a partes iguales.
Listo. El mito del "buen salvaje" está actualizado!
De nada!
