Aquí nos encontramos con otra auténtica película de serie Z aunque no llega a la altura de "Webs". Aquí los efectos especiales sí están remotamente conseguidos; incluso aseguraría que quizá el 60% del presupuesto de la película se lo han gastado en el maquillaje. Pero no nos engañemos, estamos ante la típica película que intenta retomar la típica saga que tuvo verdaderos adeptos; pero me da a mi que a los auténticos fans de la saga "Aullidos" se hayan sentido un tanto decepcionados.

La película parte de la base del misterioso forastero que esconde un secreto y que va a parar a un pueblo en mitad del desierto habitado por personajes verdaderamente planos, puros sparrings para la historia. Destaco al que hace el rol de "malo": un seductor de la palabra, un Hannibal Lecter circense. Lástima que el guión no esté a su altura y caiga en estereotipos de maldad. Aunque su personaje es creible.

El protagonista ¡cómo no! es el justo, el que no quiere ser lo que es, sabedor del mal que puede hacer, aunque poco a poco nos va descubriendo más o menos algo así como que el mal no está en la apariencia de las personas sino en el interior de cada uno. Rollo moralista, más desarrollado en el secundario del "hombre cocodrilo" en contraste con los otros "freaks" de la historia. Bueno, decir que estamos en una peli mezcla de, digamos, "La parada de los monstruos" + "Un hombre lobo americano en Londres" + "El jorobado de Notre Dame". Más o menos.

En reumen, la película podría haber sido otra cosa. Lástima que en seguida la gente sepa del "secreto" que oculta él (y poco se extrañan... en fin..), dando un giro radical a una trama que parecía interante pero que se vuelve interesada en dar una moralina de mensaje que a la gente que degustamos la serie Z y este tipo de películas, no nos interesa en exceso.

Como curiosidad, hay varias escenas rodadas en un mismo escenario de un camino (que en cierta manera me recordó a las películas del gran Ed Wood), la fotografía está muy lograda y el final es apoteósico (en el sentido Z de la palabra). Ay, si Harryhausen levantase la cabeza..