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España España · Miranda de Ebro
Voto de la28:
8
Drama Una cantante venida a menos que actúa en restaurantes y hoteles de la costa se reencuentra, después de diez años, con el que fuera el amor de su vida, un delincuente de poca monta, a quien decide hacer daño por despecho. (FILMAFFINITY)
21 de julio de 2007
21 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dice Miguel Albaladejo que sólo sabe hacer cine de “hechos cotidianos y de historias que pueden ocurrir a diario”, y que envidia a los cineastas de imaginación desbordante que cuentan historias inverosímiles. Es curioso que el director y guionista de “Rencor” no sea consciente de su poderosa imaginación, que hace posible que un relato costumbrista y proletario seduzca y cautive sin condiciones. Esta, es una película de personajes y ambientes que reconocemos, pero que no conocemos, pues los personajes transitan por el borde de la supervivencia y la marginalidad. Son seres que aspiran a una convencionalidad, como otros soñarían con un paraíso de los Mares del Sur. Pero a este modesto sueño de integración social se oponen sentimientos tan fuertes como el amor, los celos y la venganza. Ingredientes sazonados con cierto humor negro y amargura que hacen de “Rencor” una comedia dramática con toques de sainete, aunque con un fondo más profundo de lo que parece a primera vista.
Pero...¿ qué sería este filme sin Lolita? Esta cantante desciende desde el papel couché para dar vida a un personaje tan de carne y hueso, tan auténtico, que destruye todos los prejuicios del espectador que hubiera entrado a la sala con cierta prevención. Es “la mala” de la película, pero es tan creíble su maldad que subyuga cada vez que aparece, y cuando no está en alguna secuencia, se la echa de menos.
Elena Anaya y Jorge Perugorría -coprotagonistas- están a la altura de Lolita, y el resto del reparto entona afinadamente con estos tres magníficos intérpretes.
“Rencor” es una película mediterránea, que recuerda a las del marsellés Guèdiguian: hay una luz especial que envuelve a estas gentes sencillas que intentan sobrevivir y ser felices.
Y para corroborar esa reivindicación de lo mediterráneo, Albaladejo hace cantar a Lolita la conocida canción de Serrat que nos transporta desde Grecia hasta Africa haciendo escala en la humilde Manga del Mar Menor.
Como ocurre en las películas de Guèdiguian, acabaremos amando a estos personajes, incluso cuando se comportan de forma un poco miserable,talante que no perdonaríamos a un héroe de Hollywood. Tal vez porque nos recuerdan a nosotros mismos que siempre queremos que nos perdonen y que no nos guarden rencor...
la28
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