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España España · Miranda de Ebro
Voto de la28:
8
Comedia. Romance Bosnia, 1992. Luka, un ingeniero serbio de Belgrado, se ha instalado en una casa aislada con su mujer Jadranka, cantante de ópera, y su hijo Milos. Luka está preparándose para construir una vía ferroviaria que hará de la región un paraíso turístico. Pero, cegado por su trabajo y por su natural optimismo, Luka no presta atención a los persistentes rumores de una guerra civil inminente. (FILMAFFINITY)
21 de julio de 2007
38 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si la vida es la guerra y la guerra es un drama, entonces,la vida es una comedia. Aunque sea una deducción disparatada para un filósofo, ésta, parece ser la conclusión voluntarista de la inusual lógica de Emir Kusturica. El director ¿bosnio? ¿serbio? ha firmado una ¿comedia? ¿drama? No hay forma de confirmar estas precisiones recorriendo los territorios de internet. Cierto es que nació en Sarajevo, en la actual Bosnia-Herzegovina, y la valoración de si el filme es una comedia ,drama o qué, dependerá, al final, de la mirada de cada espectador.
Parecido desconcierto o desacuerdo ha merecido para la crítica la llegada de la película a las pantallas. Algunos opinan que Kusturica se repite, que no aporta nada nuevo .Otros, a quienes me adhiero, reivindican este trabajo como una obra con fuerza y valor notables. Es verdad que hay elementos muy reconocibles que se asocian con la anterior filmografía del director, pero, ¿es eso un defecto? Cierta locura de los personajes, que albergan una entrañable comicidad; situar la acción en un escenario popular, con gente sencilla; la presencia importante de la música, son características que dibujan su firma inconfundible. La excentricidad que otorga este Fellini balcánico a sus criaturas - humanas y animales- en la película, podrá exasperar a algún espectador carente de sentido del humor, que creerá que Kusturica frivoliza al abordar así, el dramático conflicto de la antigua Yugoslavia. Pero alguien que, como él, ha nacido y vivido allí, está moralmente autorizado a tratar esos acontecimientos desde el tono anímico que quiera. Ya, hace algunos años, fue malinterpretado por unas declaraciones por las que se le adjudicó la etiqueta de proserbio, que en este contexto viene a ser sinónimo de fascista o nazi. Y no iban por ahí las cosas. Descifrando, por ejemplo, el discurso de la película de hoy, habrá que pensar que sus declaraciones irían más en el sentido de la canción de Jorge Drexler, cuya letra empieza así: “Yo no se de donde soy, mi casa está en la frontera y las fronteras se mueven como las banderas....” .Además , quienes hayan visto otras películas de Kusturica como El tiempo de los gitanos, Underground, o Gato negro, gato blanco, tendrán la seguridad de que no es un nacionalista proserbio sino alguien que ama al ser humano por encima de las banderas, y que es un optimista incurable,. como Luka, uno de los protagonistas de La vida es un milagro. De todas formas, claro que choca ver una película así, si la comparamos con otras, tan sólidas y necesarias como Las flores de Harrison, que también penetraba en esa guerra todavía caliente. Pero de todo tiene que haber en la viña cinematográfica; la diversidad siempre enriquece. Por otra parte, La vida es un milagro cuenta, sobre todo, una gran historia de amor.
la28
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