Sin ser una obra maestra, ni pretender serlo, la película es muy entretenida, ya que no tiene un segundo de respiro. Vale, la presentación de personajes es casi inexistente, pero a lo mejor tampoco hace falta mucho más.

La película empieza con el robo de un alijo de droga por dos policías a unos camellos. Aunque, uno de ellos es herido levemente, en un principio sale bien. Pero todo se complica cuando uno de ellos es reconocido durante el asalto y secuestran a su hijo para que les devuelva la droga. Así que como es normal, él estará dispuesto a hacer cualquier cosa para recuperar a su hijo, incluida la devolución del alijo. Pero todo se complica, cuando hay un tercero que prefiere quedársela. A partir de aquí comienza un carrera contrarreloj a cuatro bandas entre el protagonista, policía corrupta, mafia y traficantes antillanos por el alijo.

Prácticamente toda la película transcurre en una inmensa discoteca (con restaurante, sala de billares, zona vip, etc) y casi se puede decir que a tiempo real, y el ritmo desde el inicio es frenético, ya que prácticamente no para en ningún momento.

Se le podrá echar en cara que el guión es mediocre y cosas por el estilo, pero si se tiene claro lo que se va a ver, gustará. Da lo que se espera de ella: Entretenimiento. Ni más ni menos.