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Guinea Ecuatorial Guinea Ecuatorial · Cocobeach
Voto de AndyHug:
9
Quest (C)
1996 Alemania
Animación
6,5
847
Animación. Fantástico Un hombre está tumbado sobre un paisaje desértico. De repente, se levanta, sacude la arena pegada a su cuerpo y agarra la botella que se encuentra delante de él. La botella está vacía. Se oye el ruido de agua al fluir. El hombre empieza a excavar, la tierra cede bajo su peso y entonces cae en lo profundo. Aterriza sobre terreno inestable, en movimiento, en otro mundo. El terreno vuelve a ceder y el hombre cae esta vez a un desierto de ... [+]
19 de agosto de 2010
26 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
La inmensidad de un desierto inicia este surrealista cortometraje del director alemán Thomas Stellmach. El protagonista es un hombre de arena incompleto, que ansía lo que no le ha sido concedido, el agua. Su búsqueda o fin le guiará por hasta cinco diferentes entornos en los que no doblegará su deseo del bien natural por excelencia. La paradoja del anhelo humano es infinita e inextinguible, solo la muerte neutraliza cualquier atisbo de instinto terrenal. Magnífico Stop Motion sobre, en mi opinión, el existencialismo del ser humano.

Siempre, hasta el hombre mas afortunado, queda insatisfecho de lo que es y de lo que hace. Dos soluciones parecen abrirse al hombre insatisfecho: o apagar sus deseos y quedarse tranquilo con lo que tiene, cortar su deseo de plenitud y de infinito, o buscar mas allá del tiempo la realización de su ser.

La primera tentativa no tiene posibilidad de éxito. El hombre siempre espera algo
más de lo que tiene, tiende hacia le prosperidad que nunca podrá encontrar mientras viva. La muerte inexorable acabaría con toda felicidad.

La segunda tentativa es la que abre al hombre al ser absoluto, a un sentido último de la existencia. La esperanza que inquieta al ser humano no es un residuo de la infancia, ni de ninguna manera de signo de madurez o cobardía, sino que se revela la misma naturaleza del hombre. Las cosas materiales y las personas que el hombre experimenta a lo largo de toda su vida no cubren la inmensidad del ser. Siempre podemos pensar en nuevos mundos, en realidades más grandes de las que conocemos. Si el intelecto tiene una apertura infinita, también la voluntad tiene un deseo infinito.

La vida del hombre no es, pues, un estado de satisfacción, sino una tensión, un conflicto, una lucha para descubrir una solución al problema fundamental.
El hombre es esencialmente esta tensión entre el tedio y el deseo. Experimentar el vacío, la perdida del sentido de la vida, es el lo que constituye la angustia existencial del hombre.

Muriendo, acabamos de nacer. De manera análoga al niño que pasa al nacer, del seno de la madre, al mundo de la luz, así el hombre que muere pasa de este mundo espacio-temporal, al mundo secular, totalmente idéntico en esencia. Cumpliendo un ciclo vital, cuando de donde venimos es adonde vamos.
AndyHug
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