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Voto de Rex Mager:
5
7,0
47.173
Ciencia ficción
Treinta años después de los eventos del primer film, un nuevo blade runner, K (Ryan Gosling) descubre un secreto profundamente oculto que podría acabar con el caos que impera en la sociedad. El descubrimiento de K le lleva a iniciar la búsqueda de Rick Deckard (Harrison Ford), un blade runner al que se le perdió la pista hace 30 años. (FILMAFFINITY)
13 de octubre de 2017
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me animé a ir a la sala de cine el último fin de semana, sabiendo que el director de esta nueva secuela (acostumbrado ya a la lluvia y el furor de producir secuelas que últimamente saturan la cartelera global) era uno con una proyección interesante y algo prometedora (los tramos finales de “Arrival” me siguen sin convencer) y que Scott había tomado la decisión afortunada de no destruir su no poco legado cinematográfico (como hizo con “Alien Covenant”, una de las muchas terribles decepciones de este 2017).
Podremos discutir acerca de las libres y “arbitrarias” variaciones de las versiones de la Blade Runner ochentera. Quizá lo rescatable fue la aparición gloriosa del unicornio onírico en el Director’s Cut de 2007. ¿Qué tenemos aquí? Pues un sucedáneo... un torpe empleo alegórico de todas las figuras que desfilan en la obra maestra de 1982... Y lo peor de todo es su cacareada intención de ir “más allá”, de explorar terra incognita, nuevos personajes, etc. etc...
Desde la primera toma nos damos cuenta que se sirve de memorables secuencias del film de 1982. ¿Cómo varios apasionados críticos sugieren que esto es material nuevo, digno de ser parte de lo mejor de la sci-fi de esta década? Por cierto, cada una de estas secuencias están compuestas de manera lerdas (no lenta como en la misma “Blade Runner” de 1982, “Interstellar” o incluso “Silencio”), con una pretenciosidad vacía que busca simplemente una sonrisa cómplice y condescendiente de aquellos nostálgicos (en los cuales me incluyo irremediablemente).
Podremos discutir acerca de las libres y “arbitrarias” variaciones de las versiones de la Blade Runner ochentera. Quizá lo rescatable fue la aparición gloriosa del unicornio onírico en el Director’s Cut de 2007. ¿Qué tenemos aquí? Pues un sucedáneo... un torpe empleo alegórico de todas las figuras que desfilan en la obra maestra de 1982... Y lo peor de todo es su cacareada intención de ir “más allá”, de explorar terra incognita, nuevos personajes, etc. etc...
Desde la primera toma nos damos cuenta que se sirve de memorables secuencias del film de 1982. ¿Cómo varios apasionados críticos sugieren que esto es material nuevo, digno de ser parte de lo mejor de la sci-fi de esta década? Por cierto, cada una de estas secuencias están compuestas de manera lerdas (no lenta como en la misma “Blade Runner” de 1982, “Interstellar” o incluso “Silencio”), con una pretenciosidad vacía que busca simplemente una sonrisa cómplice y condescendiente de aquellos nostálgicos (en los cuales me incluyo irremediablemente).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Innecesarias las apariciones de James Olmos (sus 3 origamis originales y crípticos quedan reducidos ahora en una especie de toro que ¿refleja la persistencia y terquedad investigativa de K?), de la imagen digitalizada de Sean Young y del propio Ford, quien así completa su personal “trilogía de la autodestrucción” unida, claro está, por su increíble tendencia de permutar los guiones con sus líos familiares (sus hijos en Indiana Jones y en Star Wars).
Hay unos vacíos y debilidades clamorosos en el guion. ¿Cuál es la señal verdadera que guía a K. a visitar el vertedero de Morgan (así es, el mismo que aparece en la serie TWD) y como saca rápidamente la conclusión de que la diseñadora de sueños es la hija “perdida” de Deckard? Bueno, ya que poco elenco femenino tenemos, pues pongamos a ella en el bolo de la fortuna de las coincidencias, ¿no?
¿Joe K.? ¿Por qué meter a Kafka en este bodrio? Aquí este K. no está luchando contra un sistema oculto y corrupto, que imparte injusticia a diestra y siniestra, sino contra una replicante más parecida a la villana robótica de Terminator 3...
La mayoría se quejó, en su momento, de la secuencia del unicornio en la versión del 2007 (que borraba de un zarpazo el misterio de la naturaleza no-humana de Deckard). Ahora no sólo se hace evidente, sino que ahora formaría parte de ese “milagro” que menciona el robusto replicante al inicio de la película... ¿Ahora sí lo aceptamos? Al terminar la película sólo cabe desplomarse en seco, como la pobre Rachel resucitada...
Al respecto, Ana de Armas aparece con mucha frescura... Pero no tiene el glamour neo-noir y la estatura actoral de Young. Se extrañó ese contrapeso en la figura anodina (pues es un replicante, claro está) de Gosling.
Una última cuestión, ¿Jared Leto es el heredero del mal? ¿Y qué pintan esas piedras flotantes? Risible.
Hay unos vacíos y debilidades clamorosos en el guion. ¿Cuál es la señal verdadera que guía a K. a visitar el vertedero de Morgan (así es, el mismo que aparece en la serie TWD) y como saca rápidamente la conclusión de que la diseñadora de sueños es la hija “perdida” de Deckard? Bueno, ya que poco elenco femenino tenemos, pues pongamos a ella en el bolo de la fortuna de las coincidencias, ¿no?
¿Joe K.? ¿Por qué meter a Kafka en este bodrio? Aquí este K. no está luchando contra un sistema oculto y corrupto, que imparte injusticia a diestra y siniestra, sino contra una replicante más parecida a la villana robótica de Terminator 3...
La mayoría se quejó, en su momento, de la secuencia del unicornio en la versión del 2007 (que borraba de un zarpazo el misterio de la naturaleza no-humana de Deckard). Ahora no sólo se hace evidente, sino que ahora formaría parte de ese “milagro” que menciona el robusto replicante al inicio de la película... ¿Ahora sí lo aceptamos? Al terminar la película sólo cabe desplomarse en seco, como la pobre Rachel resucitada...
Al respecto, Ana de Armas aparece con mucha frescura... Pero no tiene el glamour neo-noir y la estatura actoral de Young. Se extrañó ese contrapeso en la figura anodina (pues es un replicante, claro está) de Gosling.
Una última cuestión, ¿Jared Leto es el heredero del mal? ¿Y qué pintan esas piedras flotantes? Risible.