Se dice que esta película es secuela de la infame "El fascista, la beata y su hija desvirgada", del mismo director. No es cierto. Esta película es autónoma, y el fascista del título no es López Vázquez, sino Saza.
El guión es bastante bueno, francamente: resume la transición temprana, de entre 1975 a 1980 como una especie de documento, pero en todo se queda por el camino, y en su traslado a la pantalla se pierde por completo.
El personaje de Ovidi Montllor resulta muy interesante, pero acaba siendo insulso. Nieves Navarro está ahí para enseñar sus operadas tetas, y poco más.
Cañete, López Vazquez y otros están en la película para mostrar la diversidad política que surgio del sistema. Y esa parte está hasta bien tratada... pero no.. la película no aguanta.

En fin, un quiero y no puedo que muchos creen que es una secuela del destape, cuando no tiene nada que ver: este es cine político puro y duro, aunque esté mal hecho.