Ver "Soy un prófugo", pelicula sin un ápice de la moralina que caracteriza la última y más exitosa etapa del cómico, es una especie de montaña rusa. Tan pronto es una estupenda comedia, anárquica y divertida, como un film absolutamente trillado. Para entrar en la "historia" debemos esperar 30 minutos, tras los que llegan varias escenas auténticamente maestras que demuestran la fascinante capacidad cómica de Mario Moreno, en rivalidad con Bugs Bunny. De hecho, las discusiones entre el comisario y Cantinflas parecen un trasunto del "temporada de conejo - temporada de pato" del conejo de la suerte y el Pato Lucas.
Por desgracia, todo ese talento se diluye en una película de 110 minutos, que contiene demasiado material y que acaba por resultar menos de lo que debería ser.
Aun así, este es el Cantinflas que merece la pena, el ausente de moralejas y de casticismo católico. El que parece discípulo de los Marx, todos en uno.