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Voto de Vivoleyendo:
9
Drama El 11 de septiembre de 2001 cuatro aviones fueron secuestrados. Tres alcanzaron su objetivo, pero el cuarto no. Relato de la tragedia por medio de una meticulosa recreación de los acontecimientos que rodearon al vuelo 93 de United Airlines con la esperanza de tener una visión más amplia de los hechos. La película, realizada con el apoyo de las familias de los pasajeros que viajaban a bordo del avión, relata en tiempo real la dramática ... [+]
11 de septiembre de 2011
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Fecha de publicación original: 11 de septiembre de 2011. Sólo ha sido modificado el título, citando la famosa sentencia revolucionaria con un pequeño cambio acorde a las circunstancias del United 93, así como una frase de la crítica.)

Es curioso cómo suceden los hechos. Aquel martes 11 de septiembre de 2001 no sólo se me incrustó por los peores ataques terroristas cometidos hasta la fecha, sino porque precisamente aquel día daba comienzo un gran cambio en mi vida. No era un día cualquiera, como tantos en los que se suele hacer lo mismo y en los que no ocurren eventos destacables. Pues resultó que se marcó un antes y un después en mi historia personal no por uno, sino por dos motivos cruciales. Por eso decía que es curioso. Una nueva vida se inauguraba para mí, y en esos momentos miles de personas pasaban por lo más atroz por lo que se puede pasar y casi tres millares morían brutalmente en los Estados Unidos. Por supuesto, las emociones de aquel martes me sobrepasaron con creces. Recuerdo estar almorzando con los nervios a flor de piel, preparándome para la partida, y entonces en el telediario empezaron a retransmitir frenéticamente la noticia más inconcebible de la que yo hubiera sido testigo desde que tengo uso de razón. No podía ser que dos aviones hubiesen impactado contra las Torres Gemelas de Nueva York, el centro financiero del planeta. El locutor Matías Prats hablaba con un tono de voz alterado y estupefacto. El estómago se me cerró por completo; no pude seguir comiendo. Mi sistema nervioso, que desde que me había levantado ya andaba dándome punzadas, se puso tan tenso como cuerdas de guitarra.
Estaba contemplando como tras una cortina unas imágenes que parecían irreales. Era tan abrumador que me costaba pensar. En mi estupor, sólo me venían como una letanía estas preguntas insistentes: Dios mío… ¿Qué pasa? ¿Cuánta gente hay allí ahora? ¿Cuántos están dentro de los edificios? ¿Quiénes iban en los aviones? ¿Quiénes son los responsables de todo eso? ¿Qué va a pasar ahora? ¿El mundo se ha vuelto más loco todavía? ¿Es el fin?
La gente tirándose al vacío por las ventanas y el derrumbe de los rascacielos fueron ya el remate.
Unos pensamientos apocalípticos no eran el estado de ánimo más propicio para quien emprendía un cambio grande, y ese era mi caso.
Fue uno de los peores días de mi vida. La que pudo haber sido una gran jornada, se truncó drásticamente. Me dirigí hacia mi destino con el corazón en la garganta, con la radio inundando mis oídos y mi mente puesta en Nueva York, en Washington y en los ocupantes inocentes de los aviones. El temor supongo que fue unánime: se anunciaba un terrorismo a gran escala. Tal vez otra guerra mundial. Mi imaginación espoleada por una semi-histeria ya fraguaba todo tipo de conspiraciones. Aquel viaje fue una tortura, pero por suerte terminó bien, no siendo así para cientos de desafortunados que encontraban un final horrible en Norteamérica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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