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Voto de Vivoleyendo:
6
Drama Ángela está casada con el doctor Valerio. Vive en una pequeña ciudad de Córcega. Un día sufre un mareo en la calle y llama a la fábrica en la que su marido cura a un obrero que ha sufrido un accidente de trabajo. Ángela no puede entender que su marido se ocupe tanto de los pobres y la deje a ella abandonada. Al ver a su mujer en tal estado, le aconseja que se vaya con su familia a Niza. (FILMAFFINITY)
30 de diciembre de 2014
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El encono, la mala leche y el surrealismo que se gasta el turolense en otras películas son mucho más sutiles y comedidos en "Así es la Aurora". Se nota que había cambiado de país, mudándose desde México a Francia. El convencionalismo formal y narrativo es tal que, de no ser por algunos detalles en los que se le reconoce, nadie diría que es obra suya.
Pero algunos de sus temas recurrentes no faltan:
-El desprecio hacia las clases adineradas y de la alta sociedad. La esposa del médico y el padre de ésta son tan snobs que se les coge tirria enseguida. Ella es una niñita de papá incapaz de ver más allá de sus remilgadas narices, y él es el típico suegro insufrible y arrogante que se cree superior por tener dinero.
-El mismo desprecio hacia la iglesia y las autoridades. Junto con las clases altas, todos entran en el mismo saco. Atención a la nula presencia de cualquier representante del clero entre el pueblo llano; el cura, en lugar de ofrecer ayuda y apoyo a la gente pobre, como debería, en cambio a lo que dedica su sacerdocio es a hacerles la rosca a los ricachones locales y está ahí como un mueble. En cuanto a la policía, es duramente atacada a su vez. El comisario es un hipócrita que por delante pone una cara y se las da de íntegro, cuando por detrás es un bravucón. Se critica la brutalidad policial injustificada (al menos en el caso del hombre del principio al que empujan groseramente los gendarmes, aunque no me parece tan injustificada cuando trincan al asqueroso del abuelo pederasta).
-Algunas breves escenas surrealistas, como ese cuadro de un Cristo detrás de unos tendidos eléctricos que, no sé si es sólo impresión mía, pero me ha parecido una parodia del Cristo de los Faroles; una copia del hermosísimo Cristo de Dalí colgada en el despacho del comisario (el pintor y él habían sido amigos y colaboradores, pero se distanciaron tras la Guerra Civil); la tortuga que el médico regala a su amante...
-La presencia de lo truculento y horripilante, incluso aunque no se presente de manera tremendista. La violación de la niña por su abuelo, espantoso suceso que descubrimos cuando el médico es solicitado para que haga un reconocimiento a la pequeña ultrajada y herida.
-Algunos diálogos de esos buñuelescos, agrios y afilados, pero muy pocos.
Aparte de esas señas identificativas, lo demás entra en un estilo que no es muy propio de Buñuel. Las dos historias de amor que aparecen son dulces, demasiado para quien las filmó. El médico es la imagen de lo intachable y la rectitud, tanto que a veces dan ganas de sacudirlo por los hombros a ver si se despeina un poco, si le dice de una vez a la esposa que es una pejiguera insoportable y que ya no la quiere, si le suelta al suegro que se meta su esnobismo por el culo, si le espeta al cura que es un inútil lameculos, si le reprocha al cacique que es una rata, un explotador y un mentiroso...
Es romántico el mensaje del doctor que se solidariza con los humildes y que se salta ciertas normas que entonces eran intocables.
Muy romántico para un Buñuel. No le va mucho, pero incluso él podía permitirse ser indulgente a ratos.
Vivoleyendo
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