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Voto de Vivoleyendo:
7
Drama Delft, Holanda, 1665. Griet entra a servir en casa de Johannes Vermeer, el cual, consciente de las dotes de la joven para percibir la luz y el color, irá introduciéndola poco a poco en el mundo de su pintura. Maria Thins, la suegra de Vermeer, al ver que Griet se ha convertido en la musa del pintor, decide no inmiscuirse en su relación con la esperanza de que su yerno pinte más cuadros. Griet se enamora de Vermeer, aunque no está segura ... [+]
6 de septiembre de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué secreto se oculta tras la mirada detenida para siempre en una de las pinturas más famosas de todos los tiempos?
¿Quién fue la modelo que posó para “La joven de la perla” o “Muchacha con turbante”?
El misterio rodea a este pequeño cuadro. Encierra una serie de incógnitas que ninguna investigación ha sido susceptible de aclarar. Se desconoce la fecha exacta en la que Johannes Vermeer lo realizó, datándose en algún período impreciso entre 1665 y 1675. El artista se limitó a dejar su firma, a secas, sin más datos. Si se trató del encargo de un mecenas o de una libre inspiración, quedará como otro interrogante. También se ignora quién era la chica representada. Normalmente, cuando las pinturas retrataban a personajes de la alta sociedad y preeminentes en su momento, resulta más sencillo identificarlos, bien porque a veces figura el nombre en el título, o bien porque el renombre de los retratados ha permanecido hasta nuestros días o aparece registrado en documentos. Es más fácil seguir el rastro a las genealogías de alcurnia. En cambio, si el modelo era de clase humilde, anónimo, es más común que su identidad se pierda entre las madejas del tiempo. Se ha especulado sobre quién podría ser aquella guapa muchacha, muy joven, de ojos vivos como brasas, mirando al espectador desde un perfil subyugante de claroscuros, con el rostro enmarcado por la negrura del fondo. Una especie de turbante acabado en un pañuelo que cae hasta la espalda le cubre los cabellos en tonos de azul y dorado. Un discreto ropaje marrón y un cuello blanco que sobresale tapan el hombro izquierdo y parte del cuello. Y el elemento estrella es un pendiente de perla, con forma de gruesa lágrima, que añade un destello plateado e ilumina la composición en la que predomina la penumbra impenetrable. El terso rostro, los hermosos ojos, el carmín de los labios entreabiertos, el fulgor satinado de las telas y el brillo del pendiente vencen al tenebrismo del fuerte contraste entre luz y oscuridad.
Quien quiera que fuese la chica, debió de agitar algo en el pintor.
Peter Webber, inspirándose en la novela de Tracy Chevalier, deja volar la fantasía en torno al origen de la esquiva pintura. Como la biografía de Vermeer, uno de los máximos exponentes del arte pictórico holandés junto con Rembrandt, se ha quedado bastante en sombras, la imaginación de una escritora y de un cineasta ideó una historia nada disparatada. Podría haberse tratado de una doncella, una criada de la casa del artista. ¿Por qué no? No era infrecuente. Sobre todo si la joven era bella para el gusto del retratista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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