Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
8
Comedia. Drama Basada en una historia real, la película es la biografía del médico Patch Adams (Robin Williams), que revolucionó a la comunidad médica oficial aplicando singulares terapias consistentes en hacer reír y proporcionar afecto a los pacientes enfermos de cáncer. (FILMAFFINITY)
1 de noviembre de 2008
68 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya lo mencioné en otra crítica.
Yo conocí a un médico especial.
No se colocaba peras para enemas cortadas para imitar una nariz de payaso, ni iba por ahí disfrazado, ni convertía los objetos a su alrededor en puertas para la imaginación.
Pero sí tenía eso que le sobra a Patch Adams: humanidad a borbotones, ternura, amabilidad sin barreras y ese aura que consigue inmediatamente que todo el mundo a su alrededor se sienta automáticamente mejor.
No era un payaso con chistes y ocurrencias debajo de la lengua, pero conseguía resultados similares a los de Patch.
Porque él tampoco creía en el distanciamiento entre médico y paciente.
Porque para él los pacientes eran personas que necesitaban una mano consoladora.
Llevaba una bata blanca impecable y sus modales eran exquisitos. Sólo con verle a uno se le aligeraba el corazón. Aunque su aspecto causaba un gran respeto, era más bien el respeto que él se ganaba tratando a todos como a iguales. Lo mismo daba que estuviese atendiendo al alcalde, o hablando con alguna eminencia médica, con una enfermera o tratando al paciente más humilde. A todos los trataba con las mismas campechanas atenciones, para todos tenía palabras amigas. Se interesaba por sus familias, por sus tareas cotidianas, les invitaba a la conversación y siempre parecía tener alguna solución. No porque él fuese más sabio que los demás, sino porque casi siempre encontraba esas palabras con las que paliar un poco la inquietud y el dolor. No eran palabras vacías ni falsas, sino auténticas. La niña que yo era y que fue a su consulta en repetidas ocasiones, sobre todo a causa del asma bronquial infantil que me tumbaba cada dos por tres, percibió aquella esencia bondadosa desde la primera visita. Él también sabía hablar a los niños. Una vez, habiendo yo ido a su consulta probablemente por alguna infección de las vías respiratorias, me dijo: “no te preocupes, que no te vas a perder la feria e irás con tus papás y tus hermanos”. Y me lo decía con esa seguridad y ese tono que me encantaba porque no era un tono de condescendencia, sino de convicción. Y me dijo más cosas, no recuerdo cuáles, pero recuerdo su encantadora voz y aquello era como estar en un reino celestial.
Efectivamente, pocas horas después, la infección se había marchado como si nada y estaba yo en la feria disfrutando con mi familia.
Tal vez aquella rápida recuperación no se debía tanto al efecto de los medicamentos (que también se debería a eso), como por el convencimiento de que aquello tenía escasa importancia y se iba a curar muy pronto, sobre todo porque el médico lo creía así. Y bastaba que él lo creyera, para que yo también lo creyera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow