Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
6
Drama Laura (Mónica del Carmen), una chica de Oaxaca que ha emigrado a la capital, vive sola en un modesto apartamento, en el que trabaja como colaboradora para una editorial. Al margen de su trabajo, recibe esporádicamente la visita de su hermano menor y mantiene furtivos encuentros sexuales con amantes de una sola noche. Cierto día conoce a Arturo (Gustavo Sánchez Parra), un hombre que despierta en ella irrefrenables deseos masoquistas. (FILMAFFINITY) [+]
17 de enero de 2012
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Laura pasa las horas muertas en su sencillo apartamento del Distrito Federal, con la compañía de sus muebles, sus objetos personales y su móvil. A través de la ventana espía a los vecinos: enfrente, una pareja que a ratos da la imagen del paraíso, y otros ratos la del infierno, con discusiones e insultos a voz en grito; y abajo, unos ancianitos muy tranquilos.
Trabaja de reportera en su ordenador y habla por teléfono con su madre y otros conocidos pintándoles un panorama de felicidad de postal que no existe. Se inventa una vida ajena. En ella, tiene amigos con los que planifica miles de actividades novelescas y se relaciona con los otros habitantes del inmueble como si fuesen parte de su familia. Todo es mentira. Laura se escapó de Oaxaca, huyendo de sus demonios, para venir a una capital que prometía mucho y que le ha ofrecido una soledad sepulcral.
Tacha los días de febrero en el calendario, esperando a que sea el 29 del año bisiesto, que ha marcado con rojo. Sus únicas horas memorables son las que pasa con su hermano, que la visita esporádicamente y que es la persona a la que ella más quiere.
Algunas veces se arregla y se marcha a la noche, volviendo con un desconocido con el que mantiene sexo, y que se esfuma a la mañana siguiente.
Y estos son los días de Laura una vez y otra y otra, y a uno de los desconocidos que lleva a su casa le gusta el sexo sadomaso y ella se da cuenta del gran morbo que le despierta el hecho de que Arturo juegue a lastimarla mientras la posee. Se abre para ella una espiral de deseo unido a la atracción de la violencia y la muerte, las fantasías de Arturo unidas a sus íntimos anhelos autodestructivos le sugieren la seductora agonía de morir de placer, de perecer en el momento álgido, de liberarse de la pena de vivir al tiempo que se obtiene el máximo goce.
Tan árida es la existencia de esta chica, que cualquier forma de contacto con un hombre, por insatisfactoria, frustrante y humillante que sea, es un acontecimiento que Laura aguarda con patética impaciencia, dando un salto jubiloso cuando su amante secreto llama al timbre, y escondiendo el libro que ya estaba cansada de leer o quitándose de encima junto con el pijama el aburrimiento de no hacer nada.
La angustia de un calendario marcado de sueños inútiles, de insulsas semanas y de minutos perdidos se llega a contagiar, aunque no lo suficiente como para considerar que esto sea un drama muy absorbente.
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow