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Voto de Vivoleyendo:
5
6,7
34.162
Drama
A mediados de los 70, en un barrio residencial de una ciudad americana vive en perfecta armonía la familia Lisbon. Todos los chicos suspiran por las cinco hermosas hermanas Lisbon. Sin embargo, ese paraíso se desmorona cuando Cecilia, la menor, se suicida a los doce años. ¿Cómo puede convivir la belleza más pura con una macabra historia adolescente? Ésta es la pregunta que persigue a uno de aquellos adolescentes que, ya en su madurez, ... [+]
27 de septiembre de 2007
20 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
El asunto prometía. Tras haber visto "Lost in translation" y "María Antonieta", ambas deslumbrantes, me dispuse de buena gana a saborear esta película, anterior a las dos citadas y por lo tanto perteneciente a una época más temprana en la carrera de Sofia Coppola.
He aprendido a respetar y admirar el arte de esta directora que filma de manera muy personal e intimista. O al menos fue adquiriendo dichas cualidades brillantemente con el tiempo, porque esta película adolece para mi gusto de un exceso de superficialidad y falta de profundidad que me han decepcionado enormemente. Me explicaré.
Basada en una novela, nos presenta un supuesto retrato de la adolescencia. Sobre todo, de lo que se supone que era la juventud en norteamérica en los años setenta.
Y me da la impresión de que todo está recargado con un tinte de estereotipos, artificialidad e incluso frialdad que no sólo no me conmueven, sino que me da la impresión de que todo parece acartonado, vacío, carente de auténticos sentimientos y emociones, tratado con una simplicidad alarmante y, lo peor de todo, apenas esbozando unos personajes que parecen hechos en serie y que no destacan por sus peculiaridades individuales ni por nada en especial. No poseen el más mínimo rasgo que los convierta en únicos.
Parece que lo que pretendía Coppola era reflejar la sociedad norteamericana típica:
-La de los barrios residenciales con casitas unifamiliares rodeadas de jardincitos, todo muy bonito, muy cuidado.
-La de las típicas familias que habitan en esos barrios, a saber: tan afables, tan decorosas, velando por la moral y la decencia y despellejando al vecino a su espalda. Y, por supuesto, el paradigma de la familia con estrictos principios morales y religiosos, con unos padres tan retrógrados y anticuados que sus pobres hijas viven amargadísimas y sólo piensan en suicidarse. Ah, y como ellas son cinco chicas adolescentes, toda la población masculina con las hormonas en ebullición anda pendiente de las cinco diosas.
Pues, señores, no me creo nada.
No me creo el supuesto sufrimiento al que están sometidas las chicas. Sus padres son estrictos y no parecen estar muy bien de la cabeza, cierto; pero no se me hace creíble que los quieran poner como una especie de monstruos devoradores de niñas, como ángeles exterminadores prestos a descargar la espada ígnea sobre sus pecadoras hijas porque la moral exige vivir encerrados en lo más parecido a un convento de clausura. ¡Anda ya! Me han querido lanzar ante las narices a la familia más patéticamente y casi inverosímilmente exagerada que se pudiera imaginar. ¿Es que en Estados Unidos la mayoría de las familias son así? En ese caso, creo yo que habría tantos suicidios en masa que a día de hoy no quedaría prácticamente un solo adolescente en todo el país. Venga, que es absurdo, que no me lo trago.
Sigo en el spoiler.
He aprendido a respetar y admirar el arte de esta directora que filma de manera muy personal e intimista. O al menos fue adquiriendo dichas cualidades brillantemente con el tiempo, porque esta película adolece para mi gusto de un exceso de superficialidad y falta de profundidad que me han decepcionado enormemente. Me explicaré.
Basada en una novela, nos presenta un supuesto retrato de la adolescencia. Sobre todo, de lo que se supone que era la juventud en norteamérica en los años setenta.
Y me da la impresión de que todo está recargado con un tinte de estereotipos, artificialidad e incluso frialdad que no sólo no me conmueven, sino que me da la impresión de que todo parece acartonado, vacío, carente de auténticos sentimientos y emociones, tratado con una simplicidad alarmante y, lo peor de todo, apenas esbozando unos personajes que parecen hechos en serie y que no destacan por sus peculiaridades individuales ni por nada en especial. No poseen el más mínimo rasgo que los convierta en únicos.
Parece que lo que pretendía Coppola era reflejar la sociedad norteamericana típica:
-La de los barrios residenciales con casitas unifamiliares rodeadas de jardincitos, todo muy bonito, muy cuidado.
-La de las típicas familias que habitan en esos barrios, a saber: tan afables, tan decorosas, velando por la moral y la decencia y despellejando al vecino a su espalda. Y, por supuesto, el paradigma de la familia con estrictos principios morales y religiosos, con unos padres tan retrógrados y anticuados que sus pobres hijas viven amargadísimas y sólo piensan en suicidarse. Ah, y como ellas son cinco chicas adolescentes, toda la población masculina con las hormonas en ebullición anda pendiente de las cinco diosas.
Pues, señores, no me creo nada.
No me creo el supuesto sufrimiento al que están sometidas las chicas. Sus padres son estrictos y no parecen estar muy bien de la cabeza, cierto; pero no se me hace creíble que los quieran poner como una especie de monstruos devoradores de niñas, como ángeles exterminadores prestos a descargar la espada ígnea sobre sus pecadoras hijas porque la moral exige vivir encerrados en lo más parecido a un convento de clausura. ¡Anda ya! Me han querido lanzar ante las narices a la familia más patéticamente y casi inverosímilmente exagerada que se pudiera imaginar. ¿Es que en Estados Unidos la mayoría de las familias son así? En ese caso, creo yo que habría tantos suicidios en masa que a día de hoy no quedaría prácticamente un solo adolescente en todo el país. Venga, que es absurdo, que no me lo trago.
Sigo en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Las actuaciones del matrimonio son tan sumamente sosas, tan insulsas, que no me transmiten sensación de nada. ¿Sienten verdadero dolor? ¿Sienten algo? ¿Son autómatas de cerebro plano perdidos en el limbo de su propia estupidez? ¿Son padres? ¿Son algo que tenga forma humana? No son personas, son muñecos hechos en serie.
Las chicas me parecen todas iguales. ¿Dónde ha quedado la individualidad, los rasgos personales que tanto me gustaban en otras películas de Coppola? Si tanto sufren, ¿en qué se les nota? Y, ¿por qué será que me da la impresión de que todas poseen una superficialidad tediosa y hueca, que ni siquiera me contagia su laureado halo de encanto? ¿Así tienen que ser los adolescentes? Yo recuerdo haber tenido esas edades y no me identifico en absoluto con estas chicas. Para nada. No conecto con ellas. ¿Dónde está ese terrible sufrimiento? ¿Por qué no siento su dolor? ¿Por qué no me lo transmiten? ¿Por qué no veo más que la superficie y no se ahonda en absoluto en la psicología, los temores, lo que hace vibrar y padecer a las cinco chicas? Todas son como muñequitas muy lindas que poseen un mecanismo que las hace hablar de vez en cuando y moverse, pero nada más.
¿Y los chicos, y los supuestos amores? Madre mía, qué cosa más sosa. Si eso es "amar de verdad" (y me refiero a Trip, el chico que se "encandila" por Lux), pues yo preferiría ser amada por una rana. ¿Qué amor es ése? Que no diga mentiras el tío, que ya se sabe a lo que iba. Veinticinco años después queda muy bonito decir "ay, ella fue el amor de mi vida". Qué hipócrita mentiroso. Queda muy romántico amar tardíamente a una persona a la que despreciaste cuando pudiste haberla tenido. Qué estúpidos somos los seres humanos, que amamos de verdad a una persona cuando hemos hecho todo lo posible por perderla y quitárnosla de encima.
La voz en off lo único que hace es aportar una sensiblería forzada a un desarrollo de por sí absolutamente frío. No he advertido calidez, mi alma no ha vibrado, no se ha disparado mi imaginación y además me he aburrido.
La fotografía tampoco brilla, simplemente cumple. Lo único que es digno de elogio es la banda sonora, preciosa, y es por ella sobre todo que le he puesto el 5 a la película. Y también contribuye un poco a que le haya dado el aprobadillo raspado el hecho de que Sofia al menos intentara abordar un problema acuciante en la sociedad: el elevado índice de suicidios entre los jóvenes. Pero es un intento fallido y, además, ya he visto las suficientes películas simplonas sobre adolescentes estadounidenses para acabar empachada. Porque eso es lo que me ha parecido: simplona, quedándose alarmantemente corta y resultando decepcionante. Si es cierto que oculta un gran caudal de emotividad, yo no lo encuentro. No se esfuerza por comunicármelo.
Ciertas personas estaban ya advertidas de que yo sería dura con esta película. Espero que acepten mi punto de vista y lo comprendan.
Las chicas me parecen todas iguales. ¿Dónde ha quedado la individualidad, los rasgos personales que tanto me gustaban en otras películas de Coppola? Si tanto sufren, ¿en qué se les nota? Y, ¿por qué será que me da la impresión de que todas poseen una superficialidad tediosa y hueca, que ni siquiera me contagia su laureado halo de encanto? ¿Así tienen que ser los adolescentes? Yo recuerdo haber tenido esas edades y no me identifico en absoluto con estas chicas. Para nada. No conecto con ellas. ¿Dónde está ese terrible sufrimiento? ¿Por qué no siento su dolor? ¿Por qué no me lo transmiten? ¿Por qué no veo más que la superficie y no se ahonda en absoluto en la psicología, los temores, lo que hace vibrar y padecer a las cinco chicas? Todas son como muñequitas muy lindas que poseen un mecanismo que las hace hablar de vez en cuando y moverse, pero nada más.
¿Y los chicos, y los supuestos amores? Madre mía, qué cosa más sosa. Si eso es "amar de verdad" (y me refiero a Trip, el chico que se "encandila" por Lux), pues yo preferiría ser amada por una rana. ¿Qué amor es ése? Que no diga mentiras el tío, que ya se sabe a lo que iba. Veinticinco años después queda muy bonito decir "ay, ella fue el amor de mi vida". Qué hipócrita mentiroso. Queda muy romántico amar tardíamente a una persona a la que despreciaste cuando pudiste haberla tenido. Qué estúpidos somos los seres humanos, que amamos de verdad a una persona cuando hemos hecho todo lo posible por perderla y quitárnosla de encima.
La voz en off lo único que hace es aportar una sensiblería forzada a un desarrollo de por sí absolutamente frío. No he advertido calidez, mi alma no ha vibrado, no se ha disparado mi imaginación y además me he aburrido.
La fotografía tampoco brilla, simplemente cumple. Lo único que es digno de elogio es la banda sonora, preciosa, y es por ella sobre todo que le he puesto el 5 a la película. Y también contribuye un poco a que le haya dado el aprobadillo raspado el hecho de que Sofia al menos intentara abordar un problema acuciante en la sociedad: el elevado índice de suicidios entre los jóvenes. Pero es un intento fallido y, además, ya he visto las suficientes películas simplonas sobre adolescentes estadounidenses para acabar empachada. Porque eso es lo que me ha parecido: simplona, quedándose alarmantemente corta y resultando decepcionante. Si es cierto que oculta un gran caudal de emotividad, yo no lo encuentro. No se esfuerza por comunicármelo.
Ciertas personas estaban ya advertidas de que yo sería dura con esta película. Espero que acepten mi punto de vista y lo comprendan.