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Voto de Vivoleyendo:
9
8,1
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Ciencia ficción. Acción
Noviembre de 2019. A principios del siglo XXI, la poderosa Tyrell Corporation creó, gracias a los avances de la ingeniería genética, un robot llamado Nexus 6, un ser virtualmente idéntico al hombre pero superior a él en fuerza y agilidad, al que se dio el nombre de Replicante. Estos robots trabajaban como esclavos en las colonias exteriores de la Tierra. Después de la sangrienta rebelión de un equipo de Nexus-6, los Replicantes fueron ... [+]
26 de diciembre de 2007
185 de 229 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es fácil recrear un mundo hipotético, ya sea futurista, del presente o del pasado o de cualquier dimensión espacio-temporal. La dificultad de inventar un mundo paralelo, que tal vez existió alguna vez, que podría haber existido o que pudiera ser una posibilidad futura... Siempre me ha parecido fascinante. Me atrapa buena parte de la literatura dedicada a esos temas, como "1984" de Orwell, "Un mundo feliz" de Huxley, "Temblor" de Rosa Montero, la trilogía de la Tierra de Jordi Sierra i Fabra, "El Señor de los Anillos", incluso "Harry Potter" (sí, no se burlen, incluso la historia de Harry), aunque no he tenido el placer de leer la que inspira esta película... Cada cual con sus matices, pero todas abrumadoras y tan complejas como puede ser nuestra propia existencia en el mundo conocido. Y tal vez el nexo de unión entre todas ellas es que son historias sobre nosotros mismos. Sobre la esencia de la Humanidad. No importan los escenarios, los seres, las circunstancias. Todas realizan un sobresaliente análisis de la condición humana.
También en el cine, si algún director es lo suficientemente creativo e intuitivo para plasmar con maestría y naturalidad en la pantalla lo que los artistas de la pluma son capaces de desplegar en sus libros, entonces a buen seguro se ganarán en mí una seguidora leal.
Ante todo tengo que alabar la ingente labor de colocar ante mis retinas una ciudad del futuro cercano, con esa antológica y apabullante arquitectura que llega al máximo extremo en cuanto a la masificación y mezcolanza se refiere. La agobiante sucesión de construcciones gigantescas y complejas que reflejan lo que podría ser la vida en las ciudades: excesiva, repleta de personas de toda condición y nacionalidad, con calles oscuras y tenebrosas que se pierden bajo la inmensidad de los edificios, la gente atestando calles infectas, ruidosas, carteles publicitarios por todas partes destellando sus mensajes consumistas, luces discordantes, todo el mundo afanándose en medio del caos, humos, malos olores, lluvias ácidas incesantes, un cielo casi siempre crepuscular cuya luz solar nunca llega lo bastante abajo para eliminar las sombras perpetuas...
Y con esa atrayente y variopinta ambientación como escenario, un planteamiento brillante sobre el hecho de ser humanos, sobre nuestra capacidad creadora y destructiva, y sobre la ruptura de los límites de la ética cuando entra en juego la creación de criaturas artificiales que sin embargo viven y son similares a nosotros.
Un enfrentamiento verdaderamente lírico, amargo, dulce y peligroso entre creadores y criaturas. Cuando los seres artificiales pero que están tan vivos como los humanos (¿quién es más humano, o menos, en realidad?) se rebelan contra el yugo para el que fueron creados y buscan la libertad a la que tienen derecho, ¿basta una simple orden de arriba que indique a los blade runners que deben tirar a matar a los replicantes, a los "no humanos"? ¿Es tan sencillo como matar a una cucaracha?
También en el cine, si algún director es lo suficientemente creativo e intuitivo para plasmar con maestría y naturalidad en la pantalla lo que los artistas de la pluma son capaces de desplegar en sus libros, entonces a buen seguro se ganarán en mí una seguidora leal.
Ante todo tengo que alabar la ingente labor de colocar ante mis retinas una ciudad del futuro cercano, con esa antológica y apabullante arquitectura que llega al máximo extremo en cuanto a la masificación y mezcolanza se refiere. La agobiante sucesión de construcciones gigantescas y complejas que reflejan lo que podría ser la vida en las ciudades: excesiva, repleta de personas de toda condición y nacionalidad, con calles oscuras y tenebrosas que se pierden bajo la inmensidad de los edificios, la gente atestando calles infectas, ruidosas, carteles publicitarios por todas partes destellando sus mensajes consumistas, luces discordantes, todo el mundo afanándose en medio del caos, humos, malos olores, lluvias ácidas incesantes, un cielo casi siempre crepuscular cuya luz solar nunca llega lo bastante abajo para eliminar las sombras perpetuas...
Y con esa atrayente y variopinta ambientación como escenario, un planteamiento brillante sobre el hecho de ser humanos, sobre nuestra capacidad creadora y destructiva, y sobre la ruptura de los límites de la ética cuando entra en juego la creación de criaturas artificiales que sin embargo viven y son similares a nosotros.
Un enfrentamiento verdaderamente lírico, amargo, dulce y peligroso entre creadores y criaturas. Cuando los seres artificiales pero que están tan vivos como los humanos (¿quién es más humano, o menos, en realidad?) se rebelan contra el yugo para el que fueron creados y buscan la libertad a la que tienen derecho, ¿basta una simple orden de arriba que indique a los blade runners que deben tirar a matar a los replicantes, a los "no humanos"? ¿Es tan sencillo como matar a una cucaracha?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Diálogos cargados de bella introspección y poesía, dudas existenciales acerca de la vida y la muerte, de la longevidad, de disfrutar del tiempo que nos queda (¿cómo se siente alguien sabiendo el tiempo que le queda?), acerca de lo que implica ser quienes somos, seres cargados de sentimientos, de temores, de esperanzas... Aunque seas un replicante. ¿Eso te convierte acaso en un ser menos complejo, con menos derecho a vivir?
A veces nuestras invenciones escapan a nuestro arrogante control y no podemos pretender someter a seres que son tan inteligentes y racionales como nosotros.
Y, por supuesto, aunque ya sobren los halagos, mis aplausos a Vangelis.
A veces nuestras invenciones escapan a nuestro arrogante control y no podemos pretender someter a seres que son tan inteligentes y racionales como nosotros.
Y, por supuesto, aunque ya sobren los halagos, mis aplausos a Vangelis.